Matías.

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Habían decidido salir del centro comercial y dar una vuelta por las calles de la ciudad. Ya era de noche y el camino era iluminado por las luces de las farolas.

Se estaban riendo de algún chiste que había contado Juani hasta que el celular de matías comenzó a vibrar. Enzo alcanzó a leer el nombre de "Mamá" en la pantalla.

—Uh... Mi vieja, ahora vengo.— Dio un beso en la mejilla de Enzo y soltó su mano para alejarse y contestar la llamada.

El resto de los chicos se quedó quieto y Enzo pudo notar una palpante preocupación en el ambiente.

—¿Todo bien? Tienen todos unas cara de orto.—

—Es que la mamá de Matías solo lo llama cuando algo realmente malo sucedió.— Murmuró Felipe y Enzo frunció el ceño.

El menor se giró hacia donde estaba Matías y se le veía enojado y aunque no lo escuchara porque estaba a bastante distancia, podía verlo gesticular de una forma brusca y sabía perfectamente que estaba gritando.

—¿Que le pasa?— Enzo ahora también estaba preocupado.

—Escuchá, gordis. La situación en la casa del Mati no es fácil. Su papá está todos los días fuera y solo vuelve cuando ya no le queda plata para comprar drogas.—

—¿Drogas?— Estaba bastante sorprendido por la información que le había proporcionado Fran.

—Si. Desde que Matías es un nene, su viejo se droga, pero no solo porro como nosotros, drogas duras. Lo que pasa es que cuando no tiene guita vuelve a la casa y les reclama la plata a la mamá de Matías. Si no se la da, se pone agresivo. La última vez incluso llegó a golpear a Matías porque quiso defender a su mamá.— Blas le había dicho esto en un tono bajo y algo temeroso.

—¡Hijo de re mil putas! ¡Otra vez no! En diez minutos estoy allá. Dile que no se le ocurra tocarte o lo mato.— Matías se había acercado al grupo y ya había colgado el teléfono. Podía ver como su novio estaba bastante alterado y nervioso. A Enzo eso le preocupaba.

—No te preocupes, Matu. Vete. Yo y Kuku llevamos a Enzo a casa.— Fran le regaló una mirada comprensiva con una pequeña sonrisa.

—Dale pibe. Cualquier cosa nos podes llamar.—

Matías les sonrió como pudo y se acercó a Enzo agarrando su mano y lo alejó un poco de los demás.

—Siento que me hayas visto así.—

Enzo acarició la cara de Matías y le sonrió.

—No te preocupes, los chicos ya me dijeron. Ten cuidado, ¿si? Yo estaré bien. Si necesitas algo podes llamarme cuando vos quieras.—

Matías lo miro durante unos segundos antes de abrazarlo con fuerza.

—Te quiero.— Antes de que Enzo pudiera responder Matías ya se había alejado hasta donde estaba su auto.

Era la primera vez que le decía que lo quería.

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Ya hacía varias horas que Enzo no sabía nada de Matías. Estaba demasiado nervioso y no sabía como distraerse.

Le había escrito varios mensajes pero Matías ni siquiera los había leído.

Sus papás no estaban en la casa ya que volvían a tener un viaje por trabajo y ya llevaban varios días fuera. Calculaba que volverían en una semana más, por lo que se encontraba totalmente solo y eso no ayudaba a su estrés.

Nene | matienzo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora