Verdades que duelen

27 6 109
                                    

Mientras Degel manejaba junto a su hermano a casa de su novio, el joven Sorrento ingresaba a su casa.

-¿No crees que es muy tarde para llegar de la escuela y además quien eran esos que te trajeron?

-Buenas noches Julian, si, a mi también me da gusto verte ¿cómo has estado?

-No me cambies la conversación, ¿no estarás saliendo con alguno de ellos, no?

-No, con ninguno de ellos, pero si saliera con alguien cuál sería el problema, soy un chico libre de compromisos y puedo hacer con mi vida lo que quiera.

-¡¡Claro, como revolcarte con el estúpido gemelo al que seguiste hasta aquí!! ¿No es así?

Esto tomó por sorpresa al joven peli lila.

-¿Cómo lo sabes? ¿Quien te lo dijo?

-No creíste en serio, que simplemente te dejaría andar por ahí sin vigilarte, ¡te recuerdo que eres mío en cuerpo y alma! Puedes revolcarte con quien quieras, pero ellos no borrarán jamás lo que sientes por mí- se acerco peligrosamente hasta acorralarlo- yo te amo- hundió su nariz en el cuello del de ojos rosados- no te he olvidado y ya solo faltan tres meses para que esté estúpido contrato se acabe, te lo dije bien claro, que no la tocaría y ¿sabes porque no? porque ella también está enamorada de otro, es a él a quien ve a escondidas y yo lo sé, ese trato lo hicimos ella y yo, fingir nuestra felicidad, y ya me canse de esperar y guardar las apariencias, te deseo, te extraño, quiero sentir tu piel y recorrerla con mis manos, déjame probar tus labios Sorrento, por favor mi sirena hechicera, deja que te vuelva a besar.

Sorrento no sabía que hacer, moría por besarlo pero aún así seguía enojado, así que colocó su mano en el pecho contrario y lo alejó.

-Lo siento pero yo no tengo ganas de hacerlo, así que mi señor Solo, me retiro, necesito terminar mi tarea y descansar para ir mañana a la escuela, con su permiso me retiro- camino lo más rápido que pudo y se encerró en su habitación.

Julian lo siguió y al ver que no cedería para abrirle la puerta habló desde afuera.

-Me quedaré aquí para mi cumpleaños y haré una fiesta en este lugar, así que tendrás que soportarme durante ese tiempo, te amo y sé que tú también me amas, más sigues estás enojado o quizás decepcionado o ambas cosas, aún así no desistiré para demostrarte lo mucho que me importas y te amo y en cuanto mi matrimonio se termine, te cumpliré la promesa que te hice, solo faltan 3 meses mi amor.
Se retiró del lugar yendo hacia la habitación principal de dicha mansión.

-Dioses ¿que voy a hacer? tenerlo aquí tan cerca será un martirio, si, lo amo, pero no puedo negar que hoy Milo movió algo dentro de mí.

<<Vamos Sorrento, no puedes confundirte, si lo haces dañaras a alguien, Milo es guapo, muy interesante, inteligente y tiene un gran corazón, no vayas a lastimarlo, no se lo merece, ni aun cuando de esa forma te podrías vengar de Kanon, porque si de querer vengarme se trata que mejor que hacer a Milo mi novio, Kanon sufriría bastante, si es que de verdad lo ama y al mismo tiempo le daría un escarmiento a Julian... no Sorrento no hagas estupideces, Milo no tiene la culpa de nada>>
Es mejor que me ponga a hacer la tarea y deje de pensar tonterías.
Al día siguiente se levantó y bajo a desayunar pero ahí estaba su amado esperándolo para desayunar, por lo cual el austriaco frunció el ceño.

-Ven a desayunar conmigo Sorrento, te estaba esperando.

-Se lo agradezco joven Julián, pero voy a llegar tarde si me quedo a acompañarlo.

-Ese no es problema yo puedo llevarte.

-Se lo agradezco pero prefiero caminar, con permiso.

El peli lila salió lo más rápido que pudo y camino rumbo a la escuela.

Amor tardío Donde viven las historias. Descúbrelo ahora