Invitación

44 6 150
                                    

En la mansión Solo, un Julián se mostraba muy cariñoso con su esposa a quien abrazaba, besaba y llenaba de caricias cada que podía.
Su suegro lucia feliz de ver tales muestras de cariño

-No entiendo ¿porque si se aman tanto, no quieren tener un hijo?

-Pues no Padre, así estamos muy bien, podemos viajar y disfrutar de nuestro amor.

Sorrento que no la estaba pasando nada bien, se despidió argumentado que tenía tarea que hacer y dormir para asistir a la escuela.
-Que descansen los veré mañana, buenas noches a todos-hizo una reverencia y se retiro.

-Sorrento el sábado será la fiesta con motivo del cumpleaños de mi esposo, puedes invitar a tus amigos si así lo deseas.

-Muchas gracias señorita Serafina, lo tomaré en cuenta. Buenas noches.

El día siguiente era viernes y Milo aún seguía suspendido, Sorrento estaba sentado bajo un árbol con un mar de pensamientos, cuando Camus llegó.

-Sorrento lamento lo de ayer es solo que-fue interrumpido por el peli lila.

-Tú estás enamorado de él ¿no?

Camus solo asintió- me gusto desde que lo ví por primera vez, el día que llegue al aeropuerto y ayer cuando te fuiste, él estaba hecho un mar de lagrimas, sentia me atravesaban el corazón de verlo sufrir así, lo amo y no me importa que no esté conmigo, mientras él sea feliz, por eso te pido que no lo lastimes.
Se levantó para irse, pero el peli lila lo detuvo- lo siento Camus, yo no creí que esto pudiera pasar.

<< y perdóname aún más por lo que voy a hacer>>

Saliendo de la escuela Sorrento fue a casa de Milo, al llegar ahí toco y fue el mismo Milo quien abrió la puerta.

-Sorrento ¿qué haces aquí? Creí que no querrías volver a verme.

-Siento lo de ayer Milo, en realidad vengo a invitarte a una fiesta, será el día de mañana, pasaré por ti a las 4:00, si es que aceptas mi invitación.

-¡Claro! gracias Sorrento, no sabes lo feliz que me haces.

El peli lila sonrió y se despidió depositando un beso en la mejilla del joven escorpius, dejándolo flotando en las nubes.

-¿Quien era Milo?- su hermano era quien preguntaba.

-Era Sorrento, vino a invitarme a una fiesta.

-¿Que no te basto con lo de ayer? Te dejo llorando y ahora solo viene y se para aquí ¿y lo perdonas como si nada? Milo ese chico no te conviene, algo oculta, yo lo sé, no irás, no quiero que vuelvas a hablarle.

-Pues no eres mi padre para prohibirme nada, ¡iré te guste o no!- corrió a su habitación y se encerró.

Siguieron sin hablarse por el resto de la tarde y aún al día siguiente.
Milo salió, sin avisar y Kardia se quedó preocupado en casa por lo cual llamó a Degel.

-Mi príncipe de hielo, puedes venir necesito hablar contigo.

-Enseguida voy amor llevaré a Camus conmigo y...

-No se si sea buena idea que lo traigas, Milo salió con él ojos de conejo y no sé cómo vaya a terminar esto.

-Ay mi amor está bien entonces no lo llevaré.

-Ah no, ya escuché y yo voy, puede que Milo necesite consuelo si él le hace algo.
<<Sorrento desgraciado, te abrí mi corazón y haces esto, donde te atrevas a lastimarlo me las pagarás y sé que a Kanon también>>

Dégel y Camus llegaban a la casa de los escorpius y pudieron ver cómo Milo subía a una lujosa limusina.

-Wow Sorrento, es hermosa, no sabia que tuvieras este tipo de carro a tu disposición.

Amor tardío Donde viven las historias. Descúbrelo ahora