Estaba recostado en la cama, con el pelo mojado por la ducha y una toalla en mi cintura. Hyunjin estaba junto a mí, observándome. No dije nada porque no quería escuchar su voz irritante, pero de igual forma habló.
—Me gustan tus pecas…— Susurró y yo me sorprendí.
—G-gracias…— Contesté avergonzado.
—¿No se supone que tendría que estar en el trabajo?— Agregué, mirando los ojos de Hyunjin. Me percaté de un bonito lunar que tenía debajo del ojo. Que tierno… ¿Pero que cosas dices, Felix? No es tierno.
—Si, tu también… no importa, no van a decirte nada…— Yo suspiré y asentí.
Me sentía algo debil, no había comido nada desde ayer por los nervios y Hyunjin se dio cuenta de eso.
—Vístete— me dijo incorporándose en la cama y tomando su ropa.
—¿Por qué?— pregunté.
—Saldremos a comer algo— yo me sorprendí, se supone que solo debo acostarme con él. Esto no era parte del trato. Entonces, ¿Por qué mierda acepté?
Tomé de mi armario ropa casual, pero no muy informal y me recogí el cabello. No tengo el cabello largo, pero lo suficiente como para atarlo.
Los dos salimos de la casa. El me sostenía de la cintura, que vergüenza.
Nos subimos al auto y él empezó a manejar.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
