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|ARANJUÉZ|

Espérame despierta porque voy a volver

Yo se que me extrañas en ma esquina dónde te amé.

-AlcolirykoZ

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Hace unos años...

-¡Apresúrate!- La pequeña niña de cabellos negros iba corriendo de la mano con em changlong.- Por aquí.- Hizo que doblaran por una esquina y de paso, esconderse detrás de un poste del inmenso palacio.

Ambos infantes respiraban agitados y la chica fue la primera en reír.

-Es fue increíble...- La pequeña aún jadeaba.

-Si, supongo.- El menor tenía una sonrisa en si rostro.

-Una doncella real no debe hacer eso.- Imitó la voz la pequeña de su septa.- Le prometí a tu querida madre que te educaría para ser una gran doncella.-Freezer solo reía.- Pero tú y tu secuaz convirtieron el evento en un hazmerreír.- La pequeña también soltó la carcagada.

-¡Hijo!- Llamó el Rey Cold.

-Creo que debemos volver.- Suspiró Freezer.

-Si supongo...- Aceptó la traviesa niña para empezar a volver a la fiesta del imperio de los Cold, pero al ver que su amigo no caminaba lo tomó de la mano.-Vamos, esta fiesta no se va a ambientar sola.- La chiquilla le guiñó un ojo y él hizo lo posible por no sonrojarse  pero su inútil.

-Aquí estás, Freezer.- Saludó el mayor.- ¡Oh! ¿Desde cuándo mi hijo más fuerte tiene doncella?- Ironizó, a lo que sus colegas rieron.- Ella es Cygnus.- Presentó  el Rey.

-Así que tú eres la rebelde que le robó los dientes al ministro espacial.- El hombre que había hecho el comentario le dió una sonrisa irónica a la niña.

-Solo los frontales.- Se excusó en un tono de burla y una cara de inocencia fingida.

-Tus hazañas son conocidas por mis amigos.- Aclaró Cold.- Tienes un admirador aquí.- Entre el grupo de amistades, había un hombre muy parecido a la niña, al parecer de la misma especie y a ojos de la pequeña muy apuesto y bien parecido.

-Un placer conocerla.- El hombre tomó la mano de Cygnus y la besó.- Soy fan de sus intrépidas operaciones.- La niña rió y se sonrojó notablemente, mientras que el Changlong ardía de los celos.- Cupcakes explosivos en el salón de té ¿Quién más que una genio podría hacerlo?- La pelinegra se ponía cada vez más nerviosa.

-Me halaga, señor...- No sabía cuál era su nombre.

-Maximillian Zimmer, un placer.- Se levantó para hacer una leve reverencia.- Pero mis cercanos me llaman Max.

-Cygnus...- Llamó el changlong a su amiga.- Tenemos que irnos.

-¿Si? ¿A dónde?- Preguntó un poco anonadada.

-Por...- El Cold mayor interrumpió.

-Deja de celar a la doncella, hijo.- El menor se puso de mil colores.- Mejor te presentaré a unos socios.- Tomó a su hijo por la espalda obligándolo a caminar a otra parte del gran salón, pero él los seguía viendo de reojo.

-¿A qué se dedica?- Se atrevió a preguntar la doncella, que, aunque joven sabía que no debía fiarse de un hombre de años más grande que ella.

-Soy un científico.- Aclaró.- Mi trabajo de destaca por jugar con el ADN.

-Ooooh.- La mirada de la menor emanaba admiración.- Puedo preguntar ¿En qué trabaja actualmente?

-Es un secreto.- Le dió una mirada cómplice a la menor.- Pero, si me prometes que seguimos hablando, te contaré.- Se había arrodillado para estar a la altura de la infante.

-Mmm...- La niña dudó.- Mi septa no aceptaría eso...- Su cara cambió rapidamente a una sonrisa.- Esta bien.- Juntó su mano con la del hombre "cerrando" el trato.

-¿¡Dónde te habías metido, Cygnus!?- Llegó la mujer que vestía con una elegante túnica.- Por Zen Oh Sama, disculpe si lo importunó.

-No se preocupe.- Apenas ella había llegado él se levantó.- Es una chiquilla encantadora.- La niña sonrió y él siguió hablando con cordialidad.- De igual manera ya me iba, con su permiso.- Se dió la vuelta y se perdió en la multitud.

-De este castigo no te salvarás, mocosa malcriada.- La mujer la miró enojada y Cygnus suspiró.- Tu madre espera que haga de tí una mujer digna del trono de Ambrisse.- La tomó del brazo y la obligó a salir de la fiesta.

-Mi madres esta muerta.- Reprochó molesta.- Mi padre me vendió al Rey Cold.- Confrontó a su nana.- Sus deseos ya no importan.

-No puedo creer que digas eso.- Negó.- Estoy decepcionada de tí, Cygnus.- Esta vez su mirada no era dura, si no triste, solo que en su ignorancia la pequeña no lo notó.- Tu madre te amaba y deseaba lo mejor para tí.

-Lo siento, septa.- La niña agachó la cabeza.- Es solo que...- Suspiró.- No lo se... no se qué me pasa.- La mujer puso una mano en su hombro y su rostro se deshizo de toda la dureza de las palabras anteriores.

-Volvamos adentro, estoy segura que el príncipe Freezer la extraña.- Volvieron en sus pasos y entraron al gran salón.

-¡Cygnus!- Exclamó el hijo de Cold.- No te encontraba, vámos, ya abrieron el bufete.- Tomó a la menor de la mano y corrieron hasta la gran mesa con comida.

-¡Cuidado!- Pidió la septa.

...

Freezer, sentado en su nave de transporte pensaba en esos días en que fue felíz y que hubiera pasado si le hacía caso a la septa de, la que él consideraba su alma gemela.

Cuidado...

Era muy pequeño para saberlo, desde sus sentimientos, hasta cómo le fue arrebatada la única persona que él quería con toda su alma.

Red & Red (Freezer y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora