Red & Red (Freezer y Tu)

(11)

|PERHAPS|

Tengo mucho más de lo que imaginaba,

Estás solo ahora,

Te olvidaste de aquellos por los que luchabas.

-Gun's N Roses

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Narra Freezer

-Necesito que a esta sala solo entremos usted y yo, Lord Freezer.- Susurró esa mujer que se me hacía insoportable, me limite a asentir.

Cuando Cygnus intentó pasar y no la dejó, buscó mi mirada pero la ignoré, si le daba importancia, me debilitaría ante ella y sus deseos, en este punto no puedo hacer eso. Entramos a la sala y ella empezó a hablarme sobre lo que quería hacer en el momento que nos casáramos y sobre intimidad, cláusulas, descendientes y ese tipo de cosas de las cuales solo me interesaba hablar con una sola mujer.

-Genial, entonces convocatoré a una reunión extraordinaria de manera inmediata.- Tomó lo que parecía un intercomunicador y llamó a su padre y al mío.- Por favor, llame a su... Mano derecha.- Siempre que se refería a ella era de amnera despectiva, lo que aumnetaba mis ganas de matarla. Hice lo que me pidió; primero llegaron el antiguo monarca Rothbatt y mi padre.

-Veo que ya se entienden un poco más.- Mencionó mi padre al ver a Odile estar MUY cerca mío, iba a decir algo al repecto pero llegó a la única persona que quiero ver.

-¿Qué pasa?- Se quedó inmovil unos segundos al ver que no solo era yo el que estaba en la sala, se disculpó muy a su manera y se sentó a mi lado, suspiré, su aroma y presencia me tranquilizan.

La junta empezó de mala manera, ya que Cygnus y la tal Doncella Real, estaban en desacuerdo, el problema era que Cygnus se estaba entrometiendo de más en asuntos que no le concernían y yo tenia que tomar cartas en el asunto.

La empujé un poco y le dí una cachetada, puedo jurar que se sintió humillada, mi padre pidió el corte de la sesión y ella salió hecha fuego de la sala de juntas, vi su intención de desafiar nuevamente a Odile, asi que la tomé de la muñeca para darle un sermón.

En um principio no pensaba ser tan duro, pero cada vez que me interrumpía para desvalidad mi monólogo me enfurecía. Pude notar que su rostro cambió drásticamente cuando le dije que "no era nadie", me sentí culpable cuando salió de la habitación y quise buscarla pero preferí darle su espacio.

Pasaron perfectamente unas dos horas y decidí aventurarme a su habitación, no podía dejar eso que le dije en el aire, no con ella.

No me molesté en avisar mi llegada, suspuse que estaba sola, peroe llevé uan ingrata sorpresa, el hombre que la alejó de mí, estaba con ella, en sus aposentos y riéndo junto con ella. El único que lograba hacerla reír era yo, no ese imbécil.

-Recuerdo que tenías un vestido azul y...- Ambos me miraron, él com una sonrisa de esas con las que cualquier idiota caería y ella solo rodó los ojos.

-¿Interrumpo?- Pregunté, aunque era obvia la respuesta.

-Si/Para nada.- Hablaro ambos al mismo tiempo.