Ecos.

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La noche de Natasha no había comenzado bien cuando se dejó capturar por los idiotas mafiosos vestidos de ropa deportiva, y solo pareció empeorar cuando le pusieron un saco de papas en la cabeza (dios, su cabello debía ser un desastre) y ahora ésto. Lo que sea que sea ésto.

— ¡La infame Viuda Negra, montando un poni! — Uno de los hombres se carcajeo.

— ¡Alguien por favor grabelo! — Gritó otro, sumamente divertido de ver a una ex vengadora montando una de esas máquinas recreativas para niños en forma de poni.

Dios, su vida era esto ahora: Dejarse atrapar por inútiles y dejarlos humillarla. Y aunque todavía estaba irritada por los fallos en su impecable plan, al menos no estaba sola en esto, y Kate definitivamente no lo estaba haciendo mejor, subida en un avioncito descolorido que soltaba música infantil saturada.

— ¿Por qué no te ríes, Viuda? ¿No te estás divirtiendo? — Se río uno de los hombres, rebuscando monedas en su billetera para volver a encender las máquinas cuando se apagaran.

Dios, no le había sucedido nada parecido a esto desde que era una agente de Nivel Cinco en SHIELD. 2003 en Argentina, había sido una noche y misión aún más terrible, de verdad. Todavía se estremece al recordarlo, y Clint siempre traía su primera misión oficial como agente del baúl de los recuerdos solo para burlarse de ella.

— ¡Oh-! ¡No, no, no! — Todos en la habitación gimieron cuando las máquinas terminaron de moverse y hacer música.

— ¡Enrique, las monedas, las monedas!

— No tengo suficientes-.

— ¡Ve a buscar más entonces, por dios!

El cabecilla finalmente pareció haberse aburrido cuando arrojó lo que quedaba de su cigarrillo al suelo y arrastraba su silla hasta la pequeña mesa de madera a unos metros de él. — Dimitris, ven aquí. Me aburrí, juguemos a las cartas.

Cuando todos los hombres parecieron distraídos, Kate se inclinó ligeramente hacia ella.

— Estás molesta conmigo.

Natasha casi quiso poner los ojos en blanco. — No jodas, Sherlock.

— ¡Oh, vamos! Mira, vine a rescatarte, lo mínimo que podrías hacer es-...

— Oh, Kate. No viniste a rescatarme. — Natasha río sin humor. — ¿Qué parte de súper espía entrenada y Vengadora no te quedo en la cabeza?

— Bueno, — Kate rodo los ojos exageradamente. — te dejaste atrapar por estos idiotas, así que no se que tan bueno sean todos esos títulos si tu-...

— ¡Oh, no! No te atrevas. — Natasha gruñó. — Para que sepas esto era parte de un plan: Dejarlos creer que me atraparon, inflarles un poco el ego y luego hacer preguntas, eso es lo mío, mí estrategia. Funciona cada vez, simplemente dejan salir toda la información y-

— ¡Deja de interrumpirme!

— ¡Deja de ser impulsiva! — Nat finalmente explotó. — Iba a limpiar tu nombre, Kate, desconectarlo del traje y hacer que estos imbéciles entendieran que Ronin está muerto.

—... Oh.

Nat suspiró. — Sí, 'Oh'.

— ¿Y estabas teniendo esa conversación... — Kate hizo una mueca, moviéndose incómoda en su lugar. — Cuándo yo, ya sabes, uhm-?

— ¿Caíste por el tragaluz? Sí.

— ¡Oigan, ustedes dos, basta ya! — Grito el cabecilla, con el ceño fruncido y una expresión exasperada. — Estan hablando demasiado, bla bla bla, ¿Nunca se callan? — Gruñó, acercándose peligrosamente a Kate. — Quizás debería romperé la garganta, eh.

Hawkeye, the legacy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora