Capitulo cinco

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Cuando estuvo finalmente a solas se dejó caer sobre el sofá sin poder mantenerse de pie debido a la debilidad de sus rodillas y a la ansiedad que se arremolinaba en su estómago.

Su cuerpo ya ni siquiera se sentía como suyo ahora que en lo único que podía pensar era en cada una de las acaricias y toques que le habían otorgado. Había algo en cada uno de ellos que le hizo sentir completo como si todo este tiempo hubiese una pieza faltante en él.

Los fantasmas de sus acaricias lo estaban atormentando manteniéndolo despierto y con la mente nublada en todo tipo de pensamientos.

Apenas y pudo dormir esa noche y la siguiente y la que siguió a esa.

Era viernes por la tarde y no había salido de casa en todo el día ni siquiera a clases no se sentía con la capacidad de hacerlo y cruzarse por accidente con alguno de los dos. Cleo pasó la mañana entera jugando en su patio persiguiendo una mariposa por lo que ahora descansaba agotada sobre su cama en medio de la sala.  

Jeongin no sabe porque lo hace pero en piloto automático está tomando el teléfono y marcando su número sin razón alguna.

—¿Puedes venir a mi casa? ¿Y tal vez quedarte la noche? —Ni siquiera saludó a la persona tras el teléfono.

Había hecho esa llamada con impulsividad. Chan era uno de sus amigos más cercanos pero también alguien con quien a veces pasaba el rato y era justo lo que necesitaba ahora.

Necesitaba aclarar su mente y olvidarse de lo que sea que hubiera estado pasando con sus vecinos.

O eso creía.

Cuando Chan llegó a su casa Jeongin apenas dijo una palabra simplemente acercándose a él y besándolo. El australiano correspondió sin problema alguno llevando sus manos a su espalda y sosteniéndolo cerca hasta terminar en el mismo sofá donde había estado con Seungmin hace apenas un día y aunque trato de ignorarlo, ráfagas de recuerdos lo invadieron ante cada beso de Chan y con cada uno de sus toques en lo único que podía pensar era en lo inadecuado que esto se sentía.

Intentó ignorarlo desplazándolos al fondo de su mente pero desde el inicio ellos habían tomado mucho más que eso.

Chan llevó una de sus manos a su cintura acariciandolo casi que con cariño y eso fue suficiente para detenerlo.

No podía.

—No. —interrumpió el beso bajándose del regazo del mayor y revolviendo su cabello frustrado. —Lo siento, no puedo.

Chan suspiró recostándose en el respaldar del sofá. —Esta bien. —dijo con su típico semblante tranquilo y dándole una sonrisa dulce. —¿Hice algo mal?

—Tu no has hecho nada malo, es simplemente que-. —suspiró tembloroso.

Su mente vagaba en los recuerdos de la noche de ayer.

Nos gustas a ambos.

La voz de Seungmin resonaba en su mente como un mantra que no parecía darle espacio a la calma. Ellos se apropiaron de todo de él desde el primer segundo y habían empujado las barreras de su cabeza haciéndose espacio en un lugar donde no eran bienvenidos.

Le frustraban y deseaba odiarlos por confundirlo de esta manera.

—¿Qué pasa? Sabes que aún así puedes contarme si algo está mal... Seguimos siendo amigos después de todo.

Todo era tan simple con Chan. Nunca había drama o emociones intensas que lo rebosaban hasta hacerlo enloquecer o quitarle el sueño por las noches. Era tranquilo y calmado.

A veces se preguntaba que se sentiría enamorarse de él.

—Es ridículo, ni yo entiendo lo que pasa. —dijo escuetamente.

La pareja de al lado || Hyunminin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora