Capitulo once

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Jeongin se observó en el espejo del baño notando las marcas que habían quedado en su cuerpo. Ligeras mordidas que habían roto algo de piel dejando marcas de dientes o una rojez que con el tiempo se haría morada. Tocó con cuidado y asombro una que era específicamente notoria en su hombro y se sorprendió al no sentir nada de dolor.

Ni siquiera recordaba cuando habían sido hechas.

Estás sanaban de manera perfecta y si no fuera porque eran escandalosamente visibles, Jeongin nunca habría notado tales heridas en su cuerpo.

Se sentía extraño verse y notar la realidad de lo que había estado sucediendo entre ellos estos últimos días. Pero estaba ahí y era real. Jeongin creía que quizás sus sueños solo se habían vuelto más altivos y surrealistas cuando al despertar esa mañana podía jurar haber escuchado un te amo dirigido a él, ¿No era muy rápido? Temía estarse engañando pero apenas tenían cerca de dos meses saliendo y aunque pasaban casi todos sus días juntos continuaba siendo repentino. No quería arruinar las cosas con preguntas o dudas. Hyunjin y Seungmin eran perfectos. Tan buenos, dulces y calientes. Eran el combo perfecto. Se sentía afortunado de compartir sus camas.

Ellos parecían quererlo tanto... Eso era lo que más le preocupaba. Temía decepcionarlos y que sea lo que sea que los había enamorado se desvaneciera con el tiempo tan pronto como había llegado.

Los días pasaron y cada vez era más difícil alejarse. Eligiendo pasar sus días y noches juntos el mayor tiempo posible solo alejándose cuando debía ir a clases. Jeongin comenzaba a tener sospechas acerca de la realidad de sus trabajos. Desde la primera vez que durmieron juntos nunca se volvieron a ir. Siempre estando disponibles y adecuándose a su horario. Era otra cosa extraña a añadir a esa interminable lista sobre los Hwang. Pero hacía las cosas mejores porque Jeongin tampoco quería alejarse nunca.

Apenas salió del baño, Seungmin lo atrajo a sus espaldas besando una y otra vez su mejilla haciéndolo reír ante su evidente falta de contención.

Los minutos pasaron y la intensidad de sus besos crecieron.

—No quiere compartirte conmigo ahora, ¿verdad? —dijo Hyunjin con ironía entrando a la habitación y viendo cómo Seungmin solo incrementaba el agarre sobre Jeongin asegurándose de no dejarlo ir fácilmente.

Jeongin tarareo en medio beso cerrado sus ojos sintiendo la lengua de Seungmin empujando la suya. Estaba perdido en el beso cuando de pronto Hyunjin lo tomó de la mandíbula interrumpiéndolos para ahora besarlo él, quien chocó sus labios rudamente antes de separarse y besar a Seungmin que estaba frente a ellos. Estaba en medio de ambos cuando lo acercaron los dos al mismo tiempo para besarlo.

Se sintió más que bien.

Una corriente eléctrica lo recorrió y en cuanto menos lo esperaba, Hyunjin lo estaba tomando por los muslos y lo llevaba a la cama. Seungmin se subió a la cama con el besándolo y apenas dándole espacio para respirar. A veces era difícil seguirles el ritmo.

Sintió como unas manos subieron por sus muslos desnudos acariciando la piel con insistencia y tomándolo por las caderas acomodo una almohada bajo sus caderas. Los dedos de Hyunjin pasean por su entrada húmeda y goteante por el semen de sus anteriores encuentros. Jeongin no había llevado ropa interior por lo que deshacerse de la camisa en su cuerpo había sido muy fácil. Se arqueó con la respiración hecha un lío, escapando superficialmente por su boca entreabierta.

Un quejido adolorido se le escapó ante una mordida particularmente afilada por parte de Seungmin, a lo que este se detiene besando la zona en su hombro y subiendo a besar su boca murmurando palabras dulces en un intento de hacerle olvidar de aquella extraña sensación.

La pareja de al lado || Hyunminin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora