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La suave luz de la mañana se filtraba a través de las grandes ventanas del penthouse donde Hanni, Minji y Danielle estaban reunidas. La habitación estaba llena del rico aroma del café recién hecho. La mesa de café frente a ellas estaba desordenada con libros antiguos, impresiones y la daga dorada que había causado tantos problemas en Central Park.

Hanni, todavía un poco adolorida por la reciente batalla, se reclinó en el sofá con una sonrisa irónica mientras observaba a Danielle pasar las páginas de otro tomos polvoriento. Minji, siempre la planificadora meticulosa, estaba inclinada sobre su laptop buscando cualquier tipo de información que pudiera ser útil. Su ceño se fruncía en concentración mientras escaneaba múltiples foros y sitios web sospechosos.

Danielle, rodeada por una fortaleza de textos antiguos, murmuraba para sí misma mientras hojeaba páginas de símbolos crípticos e ilustraciones desvaídas. Se había probado ser la académica del grupo, su aguda inteligencia y curiosidad incesante la impulsaban a descubrir los secretos ocultos en las páginas amarillentas. Sus dedos, manchados de tinta, se movían con facilidad práctica mientras intentaba unir fragmentos de un saber olvidado.

Hanni se movió ligeramente, quejándose mientras un dolor agudo le recorría el costado.

Minji rompió el silencio con una sonrisa burlona, mirando a Hanni. "Entonces, ¿cómo está nuestra paciente hoy? Pareces de mejor humor. Haerin debe estar haciendo un buen trabajo como tu enfermera personal."

"Ustedes nunca van a dejar eso, ¿verdad?" Hanni puso los ojos en blanco, pero las comisuras de su boca se elevaron.

Danielle miró hacia arriba desde el libro que estaba hojeando, con un brillo juguetón en sus ojos. "Oh, ni de cerca. Especialmente desde que Haerin ha estado viniendo todos los días, a pesar de que está inundada de proyectos escolares y clases de tutoría."

"Sin embargo, siempre se toma el tiempo para cambiar tus vendajes," añadió Minji, con un tono que goteaba seriedad fingida. "Es casi como si le importaras o algo así."

Hanni sintió que sus mejillas se sonrojaban, y las ahuyentó con un gesto, intentando cambiar de tema. "¿Podemos concentrarnos en la daga espeluznante en lugar de mis vendajes, por favor?"

Minji se rió, pero cedió, volviendo su atención a la daga. "Está bien, está bien. Pero en serio, esta cosa me da escalofríos. Se siente... incorrecta."

Danielle asintió en acuerdo. "Definitivamente no es algo que querrías tener tirado por la casa. Las runas en ella son antiguas y, por lo que he leído hasta ahora, están vinculadas a una magia bastante oscura."

Minji suspiró, recostándose en su silla. "Y la tasa de criminalidad ha aumentado desde el incidente en Central Park; no es una coincidencia. La otra noche, cuando estaba de patrulla, me encontré con hyein; ella está abrumado con el aumento del crimen en Hell's Kitchen. Pero luego también me invitó a ser socia en su bufete de abogados cuando me gradúe, así que eso es todo."

Hanni levantó una ceja. "¿Estás pensando en aceptar su oferta? Sabes, él puede estar ciego, pero incluso él puede ver lo talentosa que eres, Minji. Además, podríamos usar a alguien con experiencia legal en nuestro pequeño equipo."

Minji se encogió de hombros. "Podría. Pero en este momento, estoy más preocupada por lo que está causando este aumento en el crimen."

"Sí, yunjin me llamó ayer, quejándose de que se le están acabando las flechas con cuántos criminales ha tenido que detener en la última semana. Es como si toda la ciudad estuviera en tensión. ¿Podría ser las runas en Central Park?" Hanni reflexionó. "Quizás están afectando la mente de las personas, haciéndolas más agresivas."

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