• 4 •

20 4 0
                                    


Recuerdo el día que recibí la primera carta. Estaba en mi casillero, sin remitente, sin firma. Pero algo en esas palabras me tocó el corazón.

"Querido Manuel, tu sonrisa ilumina mi día..."

Me sentí intrigado, emocionado. ¿Quién podría ser? ¿Alguien que me conocía? ¿Alguien que me veía?

Las cartas seguían llegando, cada semana, cada quincena. Cada una una obra de arte, un poema, un susurro en mi oído.

"Tu risa es música para mis oídos..."

"Me imagino cómo sería estar a tu lado..."

Me enamoraba de esas palabras, de ese anonimato. Me sentía visto, entendido.

Pero, ¿quién eras? ¿Por qué te escondías? Quería saberlo, necesitaba saberlo.

Cartas anónimas - ARGCHI. [ 🇦🇷X🇨🇱 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora