Capitulo cuatro.

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🌷. . Incluso los rayitos de sol necesitaban a alguien que los cuidara. ★


El sol apenas había salido cuando el bosque del Reino de las Hadas vibraba con una quietud inusual. Las hojas susurraban bajo el viento, como si el propio bosque sintiera la ausencia de uno de sus hijos. Stella, quien solía despertar al amanecer para esparcir vida por los jardines, ahora permanecía quieta, abrazada a la ventana de su habitación. Desde que Lancelot había desaparecido, la energía que la caracterizaba parecía desvanecerse lentamente.

Incluso Tioreh, su hermana menor, notaba el cambio. A pesar de su usual alegría, había algo en Stella que no encajaba. No comía con el mismo entusiasmo, no reía tanto, y lo más alarmante de todo, no tocaba su cuaderno de dibujos.

Sixtus fue el primero en notarlo. Él, quien rara vez se entrometía en asuntos emocionales, había encontrado el cuaderno de Stella tirado entre las raíces de un árbol en el bosque. Sabía lo importante que ese cuaderno era para ella. Encontrarlo allí, olvidado y expuesto, fue lo que finalmente lo llevó a preguntarle:

"¿Estás bien?" Su voz fue tan seca y directa como siempre, pero había una genuina preocupación detrás de sus palabras.

Stella había negado con una sonrisa débil, pero el pelirosa no podía dejar de pensar que algo estaba terriblemente mal.

Diane lo notaba también. El comportamiento de su hija la tenía inquieta, tanto que no pudo soportar verla perder más su luz. Esa tarde, mientras King revisaba unos temas del bosque, Diane le sugirió:

"Quizás pasar unos días fuera le haría bien. Liones podría ser una buena idea. Allí tiene a Tristan, y Elisabeth cuidará de ella."

King, quien al principio no quiso aceptarlo, finalmente cedió. Ninguno de sus intentos había logrado devolverle la alegría a su hija. Aunque el simple hecho de separarse de Stella lo angustiaba, sabía que Diane tenía razón.

Y así, la decisión fue tomada.



( ... )



Al día siguiente, mientras el cielo brillaba con un tono suave, Stella se preparaba para partir. Su pequeña maleta estaba decorada con flores bordadas, un detalle que ella misma había hecho en sus tiempos más felices. A su lado, Tioreh la acompañaba, volando a su altura, ansiosa por despedirse.

"¿Tienes todo, verdad, Stellita? "preguntó su hermana, volando a su alrededor, con una mezcla de emoción y preocupación.

Stella asintió, aunque su mente parecía estar en otro lugar. Era difícil concentrarse cuando cada rincón de su hogar le recordaba a Lancelot, a su primo, a la búsqueda interminable que no traía resultados.

Daylight ♡ Tristan LionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora