Las lágrimas de Hanako llenaron sus ojos dejándolas salir todas en un solo pestañeo. Juntó el valor que necesitaba y siguió a Kakashi colina abajo.
- ¡Oye! - le gritó para obtener su atención -. ¿Eso es todo? ¿Simplemente te alejarás de mí?
Kakashi, dándole la espalda le contestó.
- Es lo mejor para ambos -le dijo. Su corazón dolía. Su voz se cortaría en cualquier momento.
- ¿Cómo sabes qué es lo mejor para mí? Lo mejor para mí es tenerte a mi lado -las lágrimas de Hanako corrían como ríos sobre sus mejillas -. Tú... tú lo prometiste. Me dijiste... me dijiste que nunca te irías. Lo prometimos justo aquí, en nuestro árbol especial -Hanako ya no podía controlar sus sollozos.
- No hagas esto más difícil -el corazón de Kakashi dolía con cada latido.
- Kakashi... no. No te vayas de mi lado, por favor, tú no -le suplicaba Hanako.
- No lo entiendes -le decía Kakashi con un tono amargo en su voz.
- Y no quiero entenderlo; si eso significa perderte prefiero vivir en la ignorancia. ¿Qué fue lo que hice mal?
Kakashi lanzó una risa seca y amarga.
- Toparte conmigo -y comenzó a reanudar su camino.
Hanako lo siguió y se le puso enfrente. La encararía de una buena vez. Al verlo a los ojos lo pudo notar, pudo notar el dolor que había en ellos.
- No quieres hacer esto. Dime, ¿por qué lo haces? Explícamelo por favor y busquemos una solución -las lágrimas de Hanako mojaban su rostro.
- Lo hago por ti -la voz de Kakashi temblaba -. No... No quiero verte nunca más. Sólo has sido una distracción para mí todo este tiempo. Hanako, me estancas. No me dejas avanzar. Déjame regresar a lo mío y tú te encargas de lo tuyo. No puedo estar cargando contigo todo el tiempo. ¿Comprendes?
En la mente de Hanako sonó como si un cristal se rompiera en millones de pedazos, era el sonido que sentía había hecho su corazón. Sentía como si estuviera cayendo en un vacío sin fin. Las cosas a su alrededor dejaron de verse coloridas, ahora todo se pintaba de un tono gris. Su corazón latía despacio, como si en cualquier momento fuera a dejar de trabajar. Quería creer que todo era un error, que no estaba pasando, pero a ver la dura expresión que Kakashi tenía en su rostro sólo le hacía creer lo contrario. Pero, ¿y todas sus promesas? ¿Y todas las lindas palabras? ¿Los momentos inolvidables? ¿No significaron nada para él?
- ¿Por qué? -susurró Hanako con dolor -. ¿Por qué esperaste tanto tiempo para hacerme esto? ¿Por qué dejaste que... -pero no pudo terminar. "¿Por qué dejaste que te quisiera tanto?", terminaba su voz interior.
- Supongo que fue divertido al principio. Pero crecimos. ¿Qué creías? ¿Qué seríamos los mismos niños jugando en el bosque para siempre? Madura de una buena vez. Si por una vez dejas de vivir en tu mundo de ensueño y te concentraras en lo que hay alrededor, quizá puedas llegar a ser algo grande -Kakashi escupía frases dolorosas como si fueran veneno -. Deja de buscarme. No hagas las cosas más difíciles -Kakashi le dio la espalda -. Sólo te pido una cosa: cuídate.
Kakashi quería voltear, verla a los ojos y correr hacia ella para sostenerla, abrazarla y decirle que todo iría bien, pero no podía, porque sabía que las cosas podían ir mal en cualquier momento. Tenía que protegerla, protegerla del mal, protegerla de él. Con las muertes de su padre, Obito y ahora Rin, la perspectiva lo obligó a contemplar con una mirada fría y sentimientos de piedra su vida como shinobi, y el riesgo que ella sufría al permanecer a su lado. Con el dolor ardiendo en su pecho, se obligó a tomar difíciles decisiones. Con una lágrima resbalando por su ojo, Kakashi se fue, como las hojas que se lleva el viento.
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Los pétalos en el viento ||Kakashi Hatake x OC||
Romance"Después de jugar por un rato regresaron a casa al atardecer. Kakashi llevaba sobre la espalda a Hanako porque ésta decía estar agotada por haberla hecho perseguirlo tanto, así que él tenía que pagar las consecuencias; sin embargo, Kakashi no lo veí...