Le dicen Mitchell

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Y por supuesto en mis sueños más locos jamás estuvo el de ayudar  un delincuente a robar en una Universidad. Pero claro osea hellooo soy Fernanda y a mi todo lo insesperado me pasa.

—¿Dónde está el almacén ?—pregunta Charlie caminando detrás de mi mirando a sus alrededores —como sea una trampa te meteras en problemas.

—Mejor callate o como nos descubran ambos estaremos en muchos problemas —le digo de mal humor mientras bajamos las escaleras hacia un sotano.

—¿Los materiales están ahí ?—murmura por encima de mi hombro y me sobresalto por su confianza por lo que eleva sus manos en señal de paz —relajate no voy a matarte.

—Tal vez no,¿ pero que me asegura que no eres un pervertido ?

—Pues no te ofendas pero no me gustan morenas—me dice y frunzo el ceño

—No soy morena soy trigueña idiota

—No le veo mucha diferencia —dice alzando una ceja

—¿¡Te quieres callar?!

—Vaaale

Él abre la puerta mientras yo meto las manos en los bolsillos de mis pantalones observando con cuidado sus movimientos. Se pasea por la sala mirando cuadros, liensos en blanco, acuarelas y colores por todas partes sobre estantes de madera .

—¿Para qué necesitas estas cosas?—pregunto cuando empieza a echar en su mochila algunos carboncillos y cuadernos—¿dibujas?

—A veces—responde tomando un par de pomos de pintura y pinceles —en ocaciones doy clases .

—Que bien —digo viendolo caminar por la sala tomando cosas .

Lo sigo de cerca y observo un par de cuadros pintados cuando sentimos un ruido en la puerta .

—¿Hay alguien con fetiches raros que le guste venir al sotano en la noche?—pregunta llegando a mi lado y le pongo mala cara —pues es el guardia .

—Si nos encuetran aquí estoy perdida —digo y siento su mano tomar la mia

—Por aquí —tira de mi y esconde su mochila en un rincón llevándome a un armario—venga .

Iba a protestar pero al sentir los pasos cerca no lo pensé dos veces y me meti al armario con él que cerró la puerta dejandonos con más oscuridad que antes.

—Me pisaste —se queja él cuando intento acomodarme.

—Alejate de mi—susurro de mala gana cuando me rosa las caderas con las manos

—¿No ves que no cabemos los dos?

—Deja de moverte —digo poniendo mis manos en su pecho para empujarlo .

—Callate—murmura y abro mucho los ojos cuando tapa mi boca con su mano y la luz se enciende.

Nos quedamos muy quietos uno frente al otro cuando los pasos se acercan y Charlie me hace un gesto de silencio cuando emito un ruidito de susto bajo su mano al guardia pasar frente al armario. Por suerte siguio de largo , sin embargo las luces seguian encendidas.

—No se a ido —susurra y me mira aún con su mano cubriendo mi boca .

Entonces como obra del destino es que caemos en cuenta de que estamos muy cerca , demasiado contacto físico para mi gusto y parece que él lo nota porque yo frunzo el ceño y quita la mano de mi boca parándose un poco más derecho. Por supuesto eso no quita el echo de que nuestros cuerpos sigan pegados por ser el armario tan pequeño.

Luego de un par de segundos incómodos las luces se apagan y los pasos desaparecen .

—Espero que ya tengas lo que necesitas —le digo mientras me mira

—Ya lo tengo —dice y sale así que lo sigo cuando recoge su mochila —gracias por tu ayuda.

—Borra el video

—Hazlo tu misma—dice y me pasa su teléfono por lo que en cuanto entro a su galeria lo borro —fue un placer conocerte.

—No puedo decir lo mismo —digo caminando a la salida y él me sigue con una risita.

—¿Que hacias hablando sola?

—No es asunto tuyo —le digo y no deja de sonreír cuando ya estamos afuera. La única luz que tenemos es la de la Luna.

—Bueno —dice y se pone la mochila en el hombro —espero verte o través

—Yo no espero lo mismo —digo cruzandome de brazos y niega con la cabeza para luego guiñarme un ojo y marcharse.

Fui directo a mi habitación y me encontré a las chicas ya durmiendo .¿Cuanto tiempo me había tomado todo esto? .Dios Santo espero no volver a verlo nunca más que chico tan insoportable.

Me pongo el pijama y me meto en la cama cuando veo el mensaje de un número desconocido:

Hola soy Brian este es mi número

Parpadeo varias veces y miro el techo unos segundos antes de guardar su contacto como : él chico del café .