𝖻𝗈𝗒𝖿𝗋𝗂𝖾𝗇𝖽, 𝘉𝘦𝘯𝘫 𝘕𝘪𝘦𝘭𝘴𝘦𝘯 「✔️」

006' Ya no tan Fingido.

BOYFRIEND━━icelovs

006 | Ya no tan Fingido.

Benjamin estaba sentado en el borde de la cama con la cabeza inclinada hacia adelante, las manos entrelazadas y la mente atrapada en un remolino de pensamientos. El sol se filtraba a través de las persianas mal cerradas iluminando el desorden de su habitación: libros desperdigados, ropa acumulada en el suelo y su mochila escolar tirada al lado de la puerta.

Pero apenas lo notaba, solo pensaba en una cosa: Kevin.

Había sido un error. Benj lo sabía. De esos que te persiguen horas, días, tal vez semanas hasta que haces algo al respecto. El día anterior había sido un desastre. Kevin había hecho algo que él no podía soportar, o al menos eso había creído en el momento, lo había visto en ese parque de skate, pero no importaba, lo que interesaba era lo que representaba, el regreso a viejos hábitos, esos que había intentado ignorar creyendo que podía estar mejor. Que podía ser mejor.

Se había enfurecido, el calor del enojo ardiendo en su pecho. Las palabras salieron de su boca como dardos envenenados sin filtro y sin control. Price no había dicho mucho, solo lo miró con esos ojos opacos, apagados. Luego se había marchado sin más. Y ahora, sentado solo en su cuarto con el eco de su enojo resonando en su mente, se sentía mal.

Había algo más profundo en todo esto, algo que lo hacía sentirse culpable de un modo que no entendía del todo. Claro, Kevin había hecho algo estúpido pero su reacción había sido desproporcionada, brutal.

No era solo la droga, era la acumulación de todo, de meses de tensión, de sostener esta mentira entre los dos, de fingir que todo estaba bien cuando en realidad estaba tambaleándose y tal vez ni siquiera lo había intentado de verdad.

Sabía que tendría que disculparse a pesar que no era tan sencillo. No se trataba solo de pedir perdón y de lanzar unas palabras al viento y esperar que todo se arreglara, era más complicado. Había algo roto en su amistad, algo que no iba a sanarse con una simple disculpa. Pero al menos era un comienzo. Tomó aire y miró el reloj en la pared, faltaban veinte minutos para que comenzara la clase.

Se levantó con un suspiro, agarró la mochila y salió de la habitación. Mientras cruzaba el pasillo de su casa trataba de armar mentalmente lo que iba a decir. “Lo siento” parecía demasiado débil aunque también sabía que no podía llegar con un discurso largo. No era de los que escuchaban sermones.