❄️Los hombres malvados

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Los hombres malvados tienen el alma plagada de arrepentimiento

-Aristóteles

...

Y estaba listo Hans, dispuesto a ir a buscar a Anna, guardó algunas cosas en una bolsa de provisiones, estaba por salir de su despacho con la misma preocupación de siempre pero en cuanto puso un pelo fuera de la habitación, los dolores regresaron de inmediato y casi le provocaba una caída.

-¡Señor!- estaba cerca Nils, lo tomó de los hombros con rapidez.
🥀 - Estoy bien, no me toques- se quitó de su agarre -¿Qué pasó con mi caballo?
-Está listo...- Nils escuchó los gritos de Kristoff cuando le dijo que Anna se movería de lugar y se iría lejos, pero decidió guardarlo como si de un secreto se tratara. -Señor...debemos irnos pronto antes de que la tormenta llegue.
Y así fue como ellos partieron junto con algunos hombres, era como si Nils supiese a la perfección en qué momento caería la tormenta, cuando llegaron a la cabaña, encontraron una nota de Anna con su puño y letra, afortunadamente solo lo hizo Hans.

"Me voy de aquí, de Arendelle, no seré más la futura reina pues ahora sé toda la verdad que me ocultaste. No llores por mi. Te dejo en buenas manos, en manos de Emma y de Kristoff. Sé bueno con ellos y escúchalos.

Anna".

Logró Nils convencerlo de regresar, no estaban en una tormenta mortal, pero estaba próxima. Cuando regresaba, algo le hizo recordar ese momento en el que Kristoff le aseguró que Anna estaría bien.
-No quiero ser grosero, pero ella no luce como las otras chicas, incluso me da mucha confianza que sea Anna quien se haya ido voluntariamente enmedio del bosque y no Elsa, que en paz descanse- siempre elegía las palabras incorrectas y siempre lo hacían enojar, pero decidió ignorarlo. Aunque convenientemente esas palabras lo mantuvieron en ese momento en el que estaba con Kristoff, una cosa lleva a la otra y recordó de nuevo ese beso. Se sintió mal.
Cuando estaba en su despacho de nuevo, quería saber cómo y dónde refugiarse entre las tormentas para buscar a Anna, Emma a escondidas de su "mano izquierda" le entregó una nota de Kristoff y aunque se resistió a recibirla, las palabras de la sirvienta lo hicieron ceder.

"Probablemente muera aquí, de hambre, de tristeza por no ver a Sven, o quizás por no ver a Anna de nuevo, también podría ser la tormenta que me mate de frío.

Anna recibió una carta en la habitación donde la encerraste diciéndole la dirección donde estaría Elsa. No te lo dije porque estaba Nils y no confío en él como lo haces tú ciegamente. Anna ya conoció a una de las sirenas, su nombre es Ariel y es quien la está llevando a ese lugar, dudo mucho que esa criatura sepa escribir o al menos tener a alguien que le haya llevado esa carta.
Si no me escuchas, entiendo, simplemente no me podía morir sin antes decírtelo".

Una especie de ansiedad estaba en las manos de Hans desde que recibió la carta, ese hombre lo hacía sentirse así y esas palabras aumentaron esa emoción de desesperación, no sabía qué hacer, si sacarlo para pedirle explicaciones como quién era ese tal Sven y cómo se enteró de todo eso o si debía quedarse con esas palabras. De lo único que estaba seguro era de que debía ver a Anna e impedir que esa cosa la lleve a una trampa en la que alguna vez Hans cayó. Esperó a relajarse y al menos Nils no se enteró de nada, en eso compartía la opinión con K; no logró calmarse ni 2 minutos y ordenó sacarlo del calabozo.
Siguió esperando, con lógica tardarían pero no pensaba que Kristoff no estaba dispuesto a ir a verlo, dió las órdenes de que lo busquen.
-Príncipe, el sr Bjorgman se fue del castillo en cuanto salió del calabozo.
Sintió un susto y pidió que lo encontraran.
Cuando por fin se "dignó" a una cita con el príncipe, tenía una expresión de extrema molestia, ese aspecto inocente que lo caracterizaba parecía nunca haber existido.

La sirena [Hanstoff] [BL/GL/AU] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora