Parte 3: Niégalo

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'Cause, baby, if your love is in trouble

Baby, if your love is in trouble

Baby, if your love is in trouble

When you know, you know

When you know, you know

It kinda makes me laugh, runnin' down that path

When you're good as gold

'Cause when you know, you know

Margaret (Lana del Rey Ft Bleachers)


ÉL

Los días pasaron como a cuentagotas y se volvieron una rutina dolorosa. Descubrí que Patricia no era la más comunicativa por mensajes de texto, mantuvo su promesa de mantenerme informado en las mañanas y en las noches enviándome un simple mensaje que decía "Estoy bien". Para alguien que parecía estar pegada a su celular o computador, su frialdad me resultó frustrante, de no ser porque era ella misma cuando pasaba por las tardes a sus revisiones hubiese pensado que volvíamos a no llevarnos bien.

Lo cierto es que estábamos mejor que nunca, aunque no como me gustaría. Celina estaba encargada de ser su oncóloga principal, aunque por detrás era yo quien tomaba todas las decisiones y me estaba esforzando al máximo para lograr que se recupere. Cada día se veía mejor, más recuperada, usando siempre esos tacones que hacían que sus piernas se perdieran en mi imaginación.

—Mañana no vengo —dijo mientras caminábamos hacia su auto, una pequeña costumbre adquirida en la que caminábamos juntos, aunque eran solo unos metros no me gustaba dejarla ir sola—. Te espero en mi casa para que celebremos.

—No puedes incumplir con los controles.

—Vamos a celebrar que estoy dada de alta.

—Eso no es cierto.

—Es lo mismo, no más controles de mi operación, al menos de eso estoy curada.

—Los controles son necesarios para...

—Solo di que sí y llega temprano —me besó en la mejilla y se fue sin darme opción de réplica.

Lo peor fue que al hablar con Celina me dijo que todavía no habían acordado una fecha para la operación, Patricia parecía estar arrepintiéndose y Celina no era capaz de ponerle orden, estaba resultando mucho más difícil controlar las cosas sin estar del todo a cargo, aunque Pilar no reparó en felicitarme y decirme que era lo mejor para todos que no estuviese al frente de su caso y que cumpliera con mantener una distancia prudente, yo estaba convencido de que era un error, especialmente porque no entendía la necesidad de Lluís de mantenerme apartado.

Mientras me cambiaba en el vestuario me encontré con Biel, estaba feliz por los avances de Patricia y optimista con respecto a su caso, habíamos tenido un largo periodo de calma en el hospital y eso estaba viéndose reflejado en el ánimo de todos, no quería confiar demasiado, pero empezaba a sentirme igual de optimista.

—¿Has hablado con ella? —pregunté.

—¿Con quién?

—Patricia.

—Un poco.

—¿Y te ha dicho algo?

—¿Algo de qué?

QuédateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora