Parte 8: Héroe

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And if I could turn back the clock

I'd make sure the light defeated the dark

I'd spend every hour, of every day

Keeping you safe

And I'd climb every mountain

And swim every ocean

Just to be with you

And fix what I've broken

Oh, 'cause I need you to see

That you are the reason

You are the reason (Calum Scott)


ÉL

Ella estaba bien. Celina y Pilar hicieron todas las pruebas necesarias, lo dijeron con sus propias palabras, pero yo no podía estar tranquilo, seguía pensando que algo estaba mal, revisé cada uno de sus exámenes e imágenes que tomamos, sabía muy bien la explicación médica detrás de lo ocurrido y eso también me hizo sentir peor, era mi culpa, el estrés al que la sometí y la discusión fue lo que ocasionó el sangrado, un efecto secundario de los tantos que pudieran aparecer debido al desgaste que sufría su cuerpo con el tratamiento.

Biel llevó a Patricia para realizar nuevos exámenes porque insistí en que los repitieran, ni siquiera había podido verla porque no era yo quien la estaba atendiendo y había demasiadas personas interfiriendo entre nosotros, empezando por Pilar que me ordenó mantenerme al margen para no ocasionar más estrés a la paciente.

Salí de la habitación detrás de Emilio. Resultaba difícil ignorar las preocupaciones de él porque sabía que cuando ella despertara también le afectaría lo que estaba ocurriendo. Afuera del hospital los periodistas aguardaban por una respuesta y en los noticieros ya pintaban los peores escenarios. Lo vi patear la máquina dispensadora y me acerqué de todas formas.

—¿Cómo puedo ayudar?

—Ya has hecho suficiente. Si estás aquí es porque eres el mejor, pero no te equivoques, lo que hiciste... Ella confiaba en ti, estaba segura de que no usarías eso en su contra, pero yo sabía que lo harías, porque conozco a los hombres como tú. Solo te importas tú.

—No debiste dejarla que hiciera un acuerdo con ese tipo.

—Lo hice porque quiero salvar su vida. ¿Tú por qué la expusiste?

—Dime lo que puedo hacer para ayudar y lo haré.

—Aléjate de ella, ya hiciste suficiente.

Fui al vestuario y saqué ropa limpia de mi casillero, fue mi turno de desquitar mi frustración contra cualquier cosa que pudiera patear o golpear. No podía quedarme de brazos cruzados mientras los medios la crucificaban, era mi culpa. Le envié un mensaje a Celina y terminé de vestirme; me puse una bata blanca impecable que me hiciera ver como el médico respetable que ya no sentía que era y salí a enfrentar a esos periodistas, se abalanzaron sobre mí como una jauría e hicieron preguntas de todo tipo. Tal como le pedí a Celina, se unió a mí para dar declaraciones sobre el estado de Patricia.

Traté de explicar brevemente que esto era algo normal, uno de los efectos por el tratamiento al que ella ha estado sometida. Celina también respondió preguntas sobre su estado de salud, asegurando que se encontraba fuerte y que los resultados en todos los análisis que le realizaron no podrían ser mejores.

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