Parte 4: Tócame

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The dawn is breaking

A light shining through

You're barely waking

And I'm tangled up in you

Yeah

I'm open, you're closed

Where I follow, you'll go

I worry I won't see your face

Light up again

Collide (Howie Day)


ELLA

Sentarnos frente a la piscina mirando el cielo podía convertirse en una de mis rutinas favoritas, especialmente cuando me encontraba en los brazos de Néstor con sus dedos jugando con mi cabello y sus labios besando mi cuello. Solo habían pasado cinco días desde que nos besamos por primera vez y desde entonces parecía que era lo único que podíamos hacer cada vez que nos veíamos, eso y estar de vuelta en un nuevo ciclo de quimioterapia porque no debíamos arriesgarnos a que el cáncer se extendiera, era algo en lo que no quería pensar y Néstor estaba resultando ser el mejor remedio.

Una de sus manos bajó por mi costado y fue directo entre mis piernas, incluso tocándome sobre la ropa me hizo gemir, lo deseaba tanto, moría de ganas de hacer el amor, pero me sentía bloqueada. Jaume parecía un vendedor de seguros enredándome en tonterías cuando solo necesitaba una fecha para volver a ser yo y hacer ese tratamiento experimental, quizá la demora era algún tipo de señal para evitar que cometiera un error, pero era mi única oportunidad.

—Hey —llamó mi atención—. ¿Dónde estás?

—Contigo —le di un beso, no me di cuenta en qué momento se detuvo.

—¿Tienes frío? ¿Te sientes bien?

—No tienes que preguntarme cada segundo si estoy bien.

—Estás tensa.

—Estoy bien.

Lo besé y quise volver a donde nos habíamos quedado, pero él me detuvo y se acomodó de tal manera que pudiéramos vernos mejor.

—Te dije que esperaríamos a que estuvieras lista, puedes decir que no en cualquier momento y me detendré.

—No sé qué tanto quieras seguir esperando —quise ponerme de pie y no lo permitió, apoyó su frente contra la mía, respiró profundamente, como tomándose su tiempo, algo que él ni siquiera supo cuánto me calmó.

—El tiempo que sea —dijo—. Te quiero y voy a estar contigo en cada paso de esto.

—No quiero la quimio, no quiero la operación —no pude evitar lloriquear.

—Lo sé, pero es lo que te pondrá a salvo. Una ronda de quimio suave y luego operaremos, va a salir todo bien.

Me incliné contra sus labios y fue suficiente para que volviera a besarme, la forma en que me tocaba calmaba un poco mis demonios y me hacía sentir bien, sus brazos se volvieron mi lugar seguro y solo quería que tuviéramos una relación normal, lejos de todo lo que me asustaba.

La intensidad con que nos besamos fue en aumento, con él dejando que sus manos exploren mi cuerpo de manera atrevida, sin dudas ni reparos, su seguridad era tanta que hasta me resultaba apabullante. Sentada en su regazo pude sentir su erección presionando bajo la ropa, pero no me sentía lista para dar el siguiente paso, no quería que sus manos tocaran mis pechos, la sola idea me ponía ansiosa, así que gemí gustosa cuando sus dedos se deslizaron entre mis muslos, acariciando, apretando, subiendo cada vez más hasta rozar mi intimidad.

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