Disventure Camp Power AU
Años y años encerrados en un laboratorio de pruebas, solo por una simple diminuta cosa que los hacía diferentes a las demás personas. Nuestros protagonistas tenían una condición extraña, eran seres sobrenaturales nunca antes...
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La batalla estalló en un caos de magia, fuego y acero. Los equipos se enfrentaron entre sí, cada uno determinado a obtener el tesoro.
Lake, la sirena, cantó una melodía hipnótica que atrapó a James y a Rosa María. Aiden, el mitad demonio mitad ángel, aprovechó la distracción para arrebatarse el tesoro.
Pero Yul, el dragón, rugió y lanzó una llamarada que obligó a Aiden a retroceder. Riya, la esfinge, aprovechó la oportunidad para arrebatarse el tesoro.
Mientras tanto, Kai, el genio de lámpara, utilizó su magia para crear una ilusión del tesoro, confundiendo a Gabby y Grett. Hunter, el vampiro, se aprovechó de la confusión para atacar a Gabby.
Tess y Ellie estaban dispuestos a hacer todo lo posible para eliminar a Tom y Jake. Pero Ally y Ashley se unieron a la batalla, determinadas a proteger a sus aliados.
En medio del caos, Maggy, la gigante, y Fiore, la niña demonio, llegaron al campo de batalla. Maggy utilizó su fuerza para aplastar a varios oponentes, mientras Fiore lanzó una explosión de energía oscura que destruyó una parte del campo.
El tesoro cambió de manos varias veces, pero nadie pudo retenerlo durante mucho tiempo. El temporizador seguía corriendo, y los equipos sabían que debían actuar rápido si querían ganar.
[...]
Yul, el dragón, sostenía el tesoro en sus brazos, pero su victoria fue efímera. Hunter, el vampiro, apareció de la sombra y clavó sus colmillos en el brazo de Yul quien rugió de dolor y soltó el tesoro.
Hunter se apoderó del tesoro, sonriendo con satisfacción. Pero su triunfo fue breve, ya que Kai, el genio de lámpara, apareció por detrás de Yul.
Kai rodeó la cintura de Yul con su brazo, sosteniéndolo con cuidado. —Estás débil, dragón. — dijo, su voz suave y preocupada.
Yul se tambaleó, su visión nublada por el veneno del vampiro. —¿Qué... qué quieres, Kai? — preguntó, su voz débil.
Kai sonrió, su mirada brillante con un interés no disimulado. —Solo quiero ayudarte, Yul. Eres demasiado valioso para perder.
Yul se apartó de Kai, su rostro tenso. —No necesito tu ayuda, Kai. Y no me gustan tus intenciones...
Kai se encogió de hombros, su sonrisa persistente. —Como quieras, coreanito. Pero no puedes negar que necesitas mi ayuda ahora.
Yul se apoyó en Kai, su cuerpo débil por el veneno del vampiro. Kai lo sostuvo con cuidado, su mirada fija en el rostro del dragón.
—Gracias, Kai. — susurró Yul, su voz apenas audible.
Kai sonrió suavemente. —No hay de qué, Yul. Siempre estaré aquí para ti.
Yul levantó la mirada hacia Kai, sus ojos entrecerrados. —No me necesitas, Kai. No soy nadie especial.
