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Después de un largo e intenso día, me encuentro sentada en la cafetería de la universidad, devorando un delicioso sándwich mientras espero ir a la oficina del Dr. Miller, como acordamos ayer. Aún no puedo asimilar lo que pasó. De verdad, ¿por qué lo hice enojar de nuevo? Al menos no me mató como pensé, sigo teniendo en mi mente sus ojos dilatados y su cara roja de enojo, realmente creí que estaba en problemas serios.

Pero ahora, ¿por qué quiere verme hoy? ¿Acaso será para expulsarme? Mis pensamientos invaden mi mente como si de una cortina negra se tratase, nublando mi mente de la realidad. Siempre he tenido problemas con la sobrecarga mental, y odio llevar conmigo esa ansiedad constante. Cada día es un desafío que no puedo controlar por toda la información  que mi mente acumula, y ahora, con el estómago revuelto, siento que voy a explotar. Solo logré comer unos pocos bocados de mi almuerzo.

—¡LIVIA! —escucho una voz masculina gritar mi nombre. Me giro, mirando a mi alrededor, y lo veo acercarse. Lleva unos vaqueros oversize y una camisa ajustada que resalta su buen trabajo físico. —¿Puedo sentarme contigo? —pregunta, y asiento, aunque no puedo evitar pensar que quizás solo me habla porque se compadece de mí, tal vez siente lástima de verme tan sola y confundida todos los días. Dylan es un chico muy popular, todas las chicas parecen babean por él además que está en el representativo de americano osea el chico más popular de la universidad ¿Hablándome a mí? Ni en mis mejores sueños.

—Veo que los exámenes te están afectando —dice con una sonrisa, intentando hacer una broma.

—Sí, un poco —respondo, forzando una risa.

Dylan se sienta frente a mí y comienza a jugar con su vaso de jugo. Hay algo reconfortante en su presencia, aunque la ansiedad sigue ahí, latiendo en mi pecho por lo que tengo que enfrentarme en unos minutos.

—¿Te sientes bien? Pareces un poco... estresada. —su tono se vuelve más serio, y me doy cuenta de que realmente le importa.

—Solo... Estoy un poco nerviosa por las materias — miento y confieso a la vez, sintiendo que la sinceridad puede aliviar un poco mi carga pero no puedo contarle la verdad completa.

—Oh,lo sé, es difícil. Pero no te preocupes tanto. Seguro que no es tan grave como lo imaginamos. —Su voz es tranquila, casi relajante.

—¿Y tú? ¿Cómo va todo? —intento cambiar de tema, sintiéndome un poco más cómoda.

—Nada mal, solo preparándome para los exámenes, como todos. —sonríe, y por un momento, el ambiente se siente ligero.

Ambos compartimos un rato de risas y anécdotas sobre clases y profesores. A medida que hablaba con Dylan empezaba a olvidar un poco mi ansiedad y mi cuerpo deja de sentirse tan tenso como antes. Aunque una parte de mí sigue preocupada por la reunión, tener a Dylan como compañía aquí me ayuda a despejar la mente.

—A veces, creo que deberías relajarte un poco más, Livia. La vida no es solo estudios —dice Dylan, mirándome con sinceridad.

Asiento, considerando sus palabras. Quizás él tiene razón. Necesito encontrar una manera de equilibrar mis pensamientos y mis miedos.

—Gracias, Dylan. Realmente aprecio que estés aquí —le digo, y en ese momento siento que, tal vez, este día no será tan malo después de todo.

— ¿Te parece si vamos a una fiesta hoy por la noche? Soy amigo de quien la hará, es como una pool party y yo podría- ya sabes llevarte.. — Su voz parece algo nerviosa como si temiera mi respuesta, suelto una pequeña risa por dentro y asiento.

— Me encantaría ir.

— ¿A dónde planean ir sin mi?. — Es una voz femenina quien nos interrumpe, una rubia se siente donde Dylan y yo nos encontramos, confundida veo al chico quien no parece estar extrañado por la presencia de la rubia. — Liv, ella es vanessa, vanessa ella es olivia. — Me presenta. — Vane es una de mis mejores amigas desde el kinder, por alguna razón de la vida nos hemos vuelto a encontrar en la universidad. — Dice mientras da un sorbo a su jugo.

Nuestro Secreto [+18] [Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora