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Un insoportable pitido me hace estremecer desde mi cómoda cama, sacándome de un sueño profundo. Abro los ojos, confundida de lo que está pasando, ¿Porqué está sonando tan repetitivamente?, volteo a mi izquierda y veo mi teléfono vibrar por la alarma. Me muevo sobre las sábanas, desconcertada, y miro la hora.

– ¡Dios mío! ¡Voy tarde a mi primer día de universidad! – Grito a mí misma, un escalofrío de pánico recorre mi cuerpo al pensar las posibilidades de que el profesor no me deje entrar a su clase. Maldigo entre dientes mientras me muevo hacia el borde de la cama, aún con la mente nublada por el sueño. Tengo que apurarme. Las imágenes de clases, compañeros nuevos, profesores y calificaciones, me llenan la cabeza mientras trato de recordar dónde dejé mis cosas.

Tomó un gran suspiro y me levanto, lista para enfrentar lo que sea que me espera, será un gran día o tal vez no lo sea. He soñado por años mi primer día en la universidad de medicina más prestigiosa del país, y he logrado entrar por mis buenas notas que he obtenido en la preparatoria. Desde que tengo memoria siempre me ha gustado la medicina, todo por que cuando tenía 8 años me encantaba ver la Doctora juguetes cada que salía de clases ¿Cómo no iba a querer ser doctora?.

Siempre he tenido una gran curiosidad sobre cómo nuestro cuerpo funciona y al pensarlo bien es increíble todo lo que es capaz de hacer la naturaleza. ¿Cómo es capaz mi cuerpo de estar vivo? ¿Moviéndose órganos dentro de mí involuntariamente?

Cuando les conté a mi familia por primera vez que mi sueño era ser Médica todos se echaron a reír y me juzgaron diciéndome que no lo lograría o qué me iba a morir de hambre.

Pero nada de eso importaba, los comentarios negativos me valían por completo, por que yo se que dentro de mi tengo un pequeño don, que hace que sienta esta pasión por la medicina.

Como es mi primer día y voy tarde, no pienso arreglarme demasiado así que agarro lo primero que veo en mi closet y recojo todas mis pertenencias. Bajó corriendo las escaleras dirigiéndome hacia la cocina en eso saludo a mis padres que están desayunando en el comedor.

– Buenos días princesa, hoy es tu primer día de universidad. – Menciona mi padre mientras yo le doy un beso en la frente. – ¿Estás emocionada?.

Mi papá es una de las mejores personas en él mundo, para mí él ha sido el mejor papá, siempre me consintió, siempre quiso lo mejor para mí y sobretodo siempre me dio mucho amor. Por el esfuerzo de mí padre hoy iré a una muy buena universidad, lástima que él ahorita está enfermo y no pueda hacer muchas cosas o acompañarme.

– ¿Cómo no estará emocionada? Es su primer paso para ser una grandiosa doctora. – Exclama mi madre.

– Claro que sí. – Respondo. – Y estoy demasiado feliz con ustedes por darme la oportunidad de estar en esta universidad. – Les agradezco con una enorme sonrisa.

– Ten desayuna esto mi niña. – Mi madre me acerca un plato con un pedazo de pan y un café, mi madre y yo siempre acostumbramos a tomar café desde que era pequeña, se volvió todo un vicio para nosotras. – Gracias mamá, pero voy tarde, lo guardaré para después.

– Está bien, pero desayunas bien ¿Oíste? – Me mira con una cara de madre cuidadora y yo solo asiento. Guardo mi desayuno en mi bolsa y mi café en un termo, despido de beso a mis padres y salgo de la pequeña casa corriendo.

Tengo que irme caminando, ya que no tengo modo de transporte. La fresca brisa de la mañana me golpea la cara, y mientras camino apresuradamente, mis pensamientos van y vienen ¿Les caeré bien a mis compañeros? ¿Y si fracaso en la carrera? Trato de dejar de pensar tanto y el sentimiento de determinación comienza a reemplazar mi miedo.

Nuestro Secreto [+18] [Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora