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Mi cabeza dolía como una jodida, no podía siquiera abrir los ojos para poder pararme de la cómoda cama en la que me encontraba. El ardor en mi esófago y el retumbar en mis oídos me indicaban que la noche anterior había sido más que una simple fiesta.

Finalmente, decido abrir los ojos de golpe, como si me hubieran espantado.

Observo el lugar donde me encontraba detalladamente. Llevándome mi mano a mi cabeza con los ojos entrecerrados por el insoportable dolor.

Cortinas grises, sofá oscuro, habitación enorme, sábanas blancas...

Mierda.

¿Dónde estoy?

Esta no es mi habitación.

Observo mi ropa y traigo puesto una camisa de hombre junto con solo mi ropa interior debajo.

– ¡No!. – Salto sobre esta con la respiración agitada y mi cabeza hecha un remolino.

¿Qué hice anoche?.

– ¡Por fin! pensé que no despertarías. – Joseph sale del que parece ser el baño con solo una toalla rodeando su cintura, su cabello estaba mojado y todo su cuerpo lo estaba, podía ver su abdomen fornido.

Agarro mis cabellos desesperada.

– ¿Te espanta la idea de haberlo hecho de nuevo conmigo?. – Pregunta con una sonrisa de lado.

Lo veo con los ojos abiertos como platos.

– ¿Qué hago aquí?. – Logro decir entre balbuceos.

Se acerca un poco a mí.

— Anoche estabas en una fiesta, hablaste conmigo y estabas demasiado drogada. – Observa mis gestos. – Cuando llegué donde estabas un tipo se estaba aprovechando de tí, lo golpee y luego tu empezaste a vomitar como loca y te quedaste dormida. – La vergüenza me inunda cada vez más. – Te he salvado niña.

Mi corazón late con fuerza, y la sensación de vulnerabilidad me abruma.

– No deberías de juntarte con los idiotas de americano. – Suelta.

– L..o siento.. – Hago un esfuerzo total para no trabarme.

El se acerca poco a poco donde yo estaba, la distancia de dos metros se volvió en menos de cinco centímetros.

Mi corazón palpita rápidamente,mi respiración se vuelve agitada.

La diferencia de estatura se notaba demasiado que tenía que voltear para arriba para poder verlo a los ojos.

Lleva su mano a mi mejilla derecha.

– ¿Has pensado sobre mi propuesta?. – Su toqué es suave y delicado como si estuviera apreciándome con su mirada.

De nuevo ese sentimiento de debilidad llega a mí. Niego con la cabeza sin formar una sola palabra mientras lo miro a los ojos. Joseph podía hacerme sentir muchas cosas y una de ellas es su manera de dejarme paralizada con un solo roce.

Su mano antes posicionada en mi mejilla deslizó hacia mi cintura, siento como hace presión en esta y me pega hacía sus caderas, haciendo que pueda sentir demás sobre su toalla.

– ¿No te di suficiente tiempo para pensarlo?. – Deja algunos besos sobre mi cuello, delicadamente baja por este hasta mi clavícula haciéndome paralizar cada vez más.

Una ola de excitación recorre mi cuerpo. Cierro los ojos y muevo mi cabeza para un lado para que pueda tener más acceso a este.

– ¿Que tengo que hacer para que aceptes?. – Susurra.

Nuestro Secreto [+18] [Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora