Mini aclaración por si no logran entender, Felix y Hyunjin se cazan después de que los gemelos nacen y cumplen cuatro años
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Había despertado temprano, ya que con los nervios no lograba conciliar el sueño. Sentado en el borde de la cama, sentía una mezcla de nervios y emoción. Era mi boda, el día que siempre había soñado.
Miré el reloj y me di cuenta de que era hora de comenzar con los preparativos. El corazón me latía con fuerza, anticipando lo que estaba por venir.
Mientras me duchaba, comencé a pensar en los miles de escenarios que podían suceder ese día. Imaginé el momento en que caminaría hacia el altar, viendo a todos nuestros seres queridos reunidos para celebrar nuestro amor, eh inclusive las posibilidades de que Hyunjin en algún momento se arrepintiera de casarse. Espanté esos pensamientos rápidamente al recordar que el ya no era el Hyunjin de antes si no que mi futuro esposo.
Sonreí en grande cuando las caritas de mis bebes llego a mi mente, con sus sonrisas que daban luz a mi vida.
Cuando terminé de bañarme, elegí una vestimenta simple pero cuidada para bajar a desayunar con mi familia y la de Hyunjin.
Las risas y murmullos en la planta baja resonaban alegres al bajar los primeros escalones de las escaleras.
—¡Pero miren quién amaneció más bello de lo normal! —comentó mi hermana, sonriendo mientras yo me acercaba a la mesa, al llegar me recibió con un abrazo cálido.
—Él siempre amanece hermoso —añadió Hyunjin desde su asiento, con una mirada llena de amor—. Amor, ven —señaló la silla a su lado.
—¿Quién hubiese pensado que ahora estaríamos preparando una boda? —dijo Ni-Ki mientras se servía un vaso de jugo, su voz llena de incredulidad.
—Nadie excepto Felix —agregó Blue entre risas.
La atmósfera estaba impregnada de alegría. Cada uno compartía sus ocurrencias sobre nuestra relación, que hacían reír a todos.
En ese momento, sentí una calidez en mi corazón; sabía que este día sería solo el comienzo de una hermosa aventura junto a Hyunjin y nuestra familia.
Con cada bocado del desayuno y cada risa compartida, los nervios comenzaron a desvanecerse. Me di cuenta de que estaba rodeada de amor incondicional, y eso era todo lo que necesitaba para enfrentar lo que estaba por venir.
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