ʚ『Capítulo 13』ɞ

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Escuchar la música solo la pequeña primera parte

Falta solo un día para regresar a la escuela, y esta vez no me siento tan segura de poder completar este trabajo. Una de las preocupaciones que no me deja en paz es pensar en Shoto. 

¿Me recordará? ¿Qué haré cuando lo vea de nuevo?

En el festival no me sentí así, porque sabía que no íbamos a interactuar, pero ahora lo veré todos los días. No estoy segura de si eso es algo bueno o malo. Se supone que me prometí apoyarlo en lo que necesitará, pero dudo tener el valor suficiente para hablarle, sobre todo considerando que lo ignoraba cuando éramos pequeños, aunque él hacía lo mismo conmigo.

Sigo dándole vueltas a la decisión que tengo que tomar. Miro las cartas sobre mi escritorio; una es para él. Pensé en dársela, pero ahora creo que lo mejor es romperla. Nuestra única interacción real de niños fue mirarnos fijamente sin decir palabra, hasta que nuestros padres nos llamaron. Me recuesto en la cama, recordando que, en aquella ocasión, Shoto tenía un moretón en la mejilla y yo el brazo vendado. Tuvimos infancias similares, y esa es la principal razón por la que decidí acercarme a él cuando creciera. Sin embargo, es mejor dejar el pasado atrás. Destruyo la carta en ese instante y decido no hablarle. Sería egoísta de mi parte hacerle recordar su doloroso pasado. 

Es lo mejor.

☾𖤓

Al día siguiente, ya estoy con el uniforme escolar. Mi mamá quiso tomarme una foto para recordar mi "primer día de clases", pero me negué rotundamente, y ella lo respetó. Aunque, debo admitir que aún no me acostumbro al uniforme, mucho menos al de esta escuela.

Sigo a mi papá por los pasillos, ya que él será quien me presente ante la clase. Estoy nerviosa, como siempre que estoy frente a muchas personas, pero me consuela pensar que esta vez no serán tantas.

—Como ellos no saben que soy tu padre adoptivo, tendré que tratarte igual que a los demás. Me dijeron que lo mismo harán Midnigth y Mic, así que no te extrañes si te hablamos con indiferencia o incluso si te regañamos —me advierte.

—No te preocupes, lo sabré diferenciar. Después de todo, aquí estoy trabajando al igual que ustedes —le respondo, tratando de sonar calmada.

—Bueno, llegamos —dice deteniéndose frente a la puerta—. Sé que podrás con esto.

Abre la puerta y, con voz firme, pide a los alumnos que tomen asiento. Yo espero, nerviosa, a que me den permiso para entrar.

—Hoy tenemos una nueva alumna que no pudo unirse a la clase antes por razones personales, pero ahora ya está con nosotros. Adelante.

Entro y me coloco junto al atril de madera, intentando aparentar desinterés, aunque por dentro estoy lejos de sentirme calmada. Nunca había sido la "nueva" que debían presentar, así que trato de relajar las manos para que no tiemblen o se tensen demasiado.

—La nueva alumna es Akemi Saimori. Algunos la conocieron en el festival deportivo, pero para los que no lo sepan, su don es la telequinesis; es decir, puede mover cosas con la mente. Ahora, sin más que decir, empecemos la clase. Saimori, siéntate al fondo del salón.

Me señala un asiento vacío, y me maldigo internamente. Mi papá no me lo dijo, o lo hizo a propósito: me toca sentarme junto a Shoto.

Perfecto, ahora estaré incómoda todo el día.

No lo miro en ningún momento, y me aseguro de que no me recuerda, pues está concentrado en su libreta y no me dirige la mirada. Mejor así, me repito en silencio.

— Bueno, otra noticia: van a empezar las pasantías, así que deben elegir una agencia para asistir la próxima semana. Esta tabla muestra los alumnos que fueron solicitados por algunas agencias, y para los que no aparezcan en la lista, nosotros les asignaremos una —dice el profesor mientras señala una pantalla con los nombres.

Ignoro casi todo lo que está diciendo porque, sinceramente, no me interesa. Solo quiero que este día termine, o al menos, salir ya de este salón de clases. Estoy sumergida en mis pensamientos cuando una voz estridente me saca de mi trance.

— ¡Tuvimos solicitudes! —exclama una chica.

La miro y su rostro me resulta familiar. La observo un poco más y recuerdo que es la que se enfrentó al ganador del combate.

Después de eso, me fijo en la lista y, como esperaba, no hay ninguna solicitud para mí. Era lógico, al fin y al cabo, soy una alumna "nueva" de otra clase.

— Mira, Todoroki, tienes muchísimas solicitudes.  — una chica bonita y de cabello negro le habla al susodicho. 

— Han de ser porque saben quién es mi padre —responde Todoriki, en una conversación que tiene con la chica que está sentada justo delante de mí. Hablan con él como si fueran cercanos.

¿En serio? ¿Por qué acepté este trabajo?

— Bueno, ahora deben elegir su nombre de héroe —anuncia el profesor—. Pero como no soy muy bueno con eso, hoy tenemos a la profesora Midnigth para ayudarlos.

¿Cómo que tenemos que elegir un nombre de héroe? ¿Por qué nadie me avisó de esto? Definitivamente tendré una plática con mis papás cuando llegue a casa. Estas cosas se avisan. Ya sé que se verá que tengo cierta ventaja, pero yo ni siquiera quería estar en esta clase.

Intento respirar hondo y pensar en algún nombre mientras me pasan un pizarrón para escribir el mío, aunque honestamente no tengo ni la más mínima idea de qué poner.

— Recuerden que su nombre es su carta de presentación, lo que hará que la gente los reconozca —dice la profesora Midnight, pero su voz suena lejana, como si estuviera en otro mundo. No le estoy prestando atención, solo pienso en posibles nombres, todos pésimos.

Pasan unos minutos y empiezan a decir sus nombres. La profesora los evalúa, indicando si están bien o no.

¿En serio? ¿Por qué acepté este trabajo? (X2).

No puede ser que algunos tengan nombres tan originales, mientras que el mío... bueno, no es gran cosa. Espero que no se den cuenta de que lo saqué de la nada. Finalmente, decido alzar la mano para acabar con esto de una vez. No quiero seguir sintiendo esta incomodidad.

— Saimori, pasa —dice la profesora.

Me levanto, y noto varias miradas dirigidas hacia mí. Algunas curiosas, otras simplemente indiferentes, pero no les presto atención. Camino hacia adelante, manteniendo mi rostro sin expresión alguna. Estoy muriendo por dentro, pero no dejaré que se note en el exterior.

— El nombre que pensé es... Night Light —digo con calma, esperando que se rían. En mi defensa, es la primera vez que pienso en esto. Evito mirar a mis papás, al igual que a mis nuevos compañeros de clase.

— Me gusta, rima un poco. Aceptado —responde la profesora.

Al menos lo aceptó. Eso me tranquiliza un poco. Al diablo lo que piensen los demás.

Termino y me dirijo de vuelta a mi asiento. Justo después, veo que Shoto levanta la mano, listo para presentar su nombre.

— Shoto —dice.

— ¿Ese es tu nombre? ¿Estás seguro? —pregunta la profesora, algo sorprendida.

¿Me estás tomando el pelo? ¿Puedo simplemente usar mi nombre? Mientras yo me rompí la cabeza pensando en nombres, ellos vienen con algo tan simple como una letra.

Mis pensamientos se confirman cuando otro chico, con gafas, se levanta y hace lo mismo que Shoto. Él se llama Ida. Sin embargo, percibo algo extraño en su actitud. Esa mirada... la reconozco, y no es de felicidad.

Tendré que investigar qué está pasando con él.

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También en mi defensa no se hacer nombres de héroes y es lo primero que se me ocurrió. Ahorita esta tranquilo porque apenas esta empezando, el drama que vendrá después verán pero bueno si ya no les gusta pueden dejar la historia, sin ningún problema.

Donde se Cruzan los Recuerdos (BNHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora