Cuando salimos es una hermosa tarde de primavera en donde me encuentro, y los cerezos están en plena floración, llenando el aire con su dulce fragancia. He decidido invitar a Shoto, a explorar el Jardín de los Cerezos, un lugar que siempre ha sido especial para mí, antes de irme de Japón. La atmósfera tranquila y la belleza del entorno son perfectas para quienes, como nosotros, prefieren el silencio a las multitudes.
— ¿Te gusta este lugar? —le pregunto mientras contemplo las ramas cubiertas de flores.
Shoto asiente, mirando alrededor con asombro.
— Es hermoso. Nunca había visto tantos cerezos juntos.
Sonrío, sintiendo que realmente aprecia la belleza que nos rodea. Después de un rato de caminar entre los árboles, me detengo frente a un cerezo antiguo, cuyas ramas se extienden en un arco perfecto.
— Este árbol es famoso por ser el más antiguo del jardín. Dicen que trae buena suerte —comento con una sonrisa traviesa—. ¿Qué te parece si dejamos un mensaje aquí para que nos traiga fortuna?
Lo miro, notando que parece intrigado.
— ¿Un mensaje? ¿Cómo lo hacemos?
— En mi familia, hay una tradición en la que las personas escriben deseos en pequeñas tiras de papel y las cuelgan en los árboles. Podemos escribir algo que deseemos y colgarlo aquí —sugiero, sintiendo que esta actividad puede ayudarnos a acercarnos un poco más.
Shoto parece un poco confundido con la idea.
— Eso suena bien. Pero, ¿qué debería escribir?
Me río suavemente, disfrutando su confusión.
— Bueno, primero piénsalo. Puede ser algo sobre tus sueños o incluso algo divertido.
Busco en mi mochila y saco un pequeño cuaderno y un lápiz. Escribo mi mensaje: "Espero tener tranquilidad". Luego, se lo muestro.
— ¿Ves? Es algo personal, pero no demasiado serio.
Toma una respiración profunda. Después de un momento, escribe: “Quiero arreglar mis problemas”. Siento una mezcla de sorpresa y empatía por su mensaje.
— Ahora, colguémoslos en el árbol —digo, sonriendo mientras atamos nuestros deseos con un hilo.
Ambos colgamos nuestros mensajes en las ramas, y siento que esta pequeña actividad ha creado un vínculo especial entre nosotros. Mientras lo hacemos, las pequeñas risas y anécdotas fluyen naturalmente, y la tensión inicial se disipa.
A medida que el sol comienza a ponerse, los pétalos de cerezo caen suavemente a nuestro alrededor, creando un espectáculo mágico. Sintiéndome tranquila, digo:
— Deberíamos venir aquí cada primavera. Esto es demasiado bonito para no repetirlo.
Shoto asiente, sus ojos brillando con lo que espero emoción, aunque en su cara no se nota.
— Sí, me encantaría. Es un lugar especial y creo que podemos hacer más recuerdos aquí.
Nos despedimos al final de la tarde, siento que hemos compartido algo significativo en nuestro primer encuentro que no es algo relacionado a la escuela.
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Llegó a mi casa ya es un poco tarde y cuando abro la puerta lo primero que veo es a mi mamá leyendo unos documentos. La saludo y comienzo a retirarme a mi casa cuando ella me habla.
— ¿Dónde estabas? Digo si se puede saber.
— Estaba con Shoto — admito con un poco de vergüenza porque sé lo que puede ocurrir a continuación.
Ella se sorprende y suelta una sonrisa maliciosa y aquí demuestra mi punto de que me va a molestar con eso.
— A ver, no me mires así que solo es mi amigo.
— Pues los amigos no van a citas.
— No era una cita. — le digo a la defensiva — fue solo una salida a despejarse después del examen físico que nos hicieron.
— Si claro como si no los viera en la escuela se las pasan pegados. Incluso tu solo sonríes cuando estás a su lado.
En eso se que tiene razón pero no porque me gusta, no a mi solo me cae bien y más por lo que me enteré hoy.
— Y si te dijera que le gusta otra persona. — le suelto mientras me acomodo a su lado del sillón.
— ¿Qué?
— Bueno la verdad aún no lo confirmo pero es probable que le guste otra persona que no sea yo. — le digo un poco desanimada.
— Entonces, ¿no te gusta? — está vez los juegos terminaron y es el momento de hablar seriamente.
Niego con la cabeza después de escuchar su pregunta aún me siento mal, al saber que me tengo que alejar de él.
— No me gusta pero si lo… — no lo termino de anunciar espero que ella lo entienda sin tener que explicárselo por completo. — Es el único amigo que tengo aquí y no se que haré cuando ya me acostumbré a él. — me siento levanto subo mis rodillas para abrazarlas.
— Ey Akemi no te desanimes, no estás segura si quiere a otra persona.
— Y si es así, sabes lo que debe pasar, además no soy tan egoísta para retenerlo a mi lado, menos cuando se que va ser más feliz.
Está a punto de decirme algo cuando mi celular empieza a sonar lo que me extraña ya que normalmente nadie me habla. Así que lo saco y miro quien es el me habla y veo que es ¿Bakugo?
¿Por qué me habla?
Le enseño mi celular a mi mamá y después me levanto para contestar mientras me dirijo a mi habitación.
— ¡Ojos brillantes! ¿Por qué carajos no has subido nada? — es lo primero que escucho al contestar de inmediato alejo el celular antes de quedarme sorda.
Mierda pero que le pasa?
— No grites, te escucho perfectamente y ya subí mi parte.
— No es verdad, si no quieres... — dejo de prestarle atención cuando su voz empieza a elevarse de nuevo. Decido concentrarme en la pantalla de mi computadora y veo qué está fallando. Rápido localizo el problema y lo arreglo.
—A ver, ya cálmate, — le digo con voz relajada. — Revisa ahora y dime, ¿ya está bien todo?
E
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Donde se Cruzan los Recuerdos (BNHA)
Fanfiction𝕊𝕚𝕟𝕠𝕡𝕤𝕚𝕤 Pensé que mi historia en Japón había llegado a su fin, pero estaba equivocada. Ahora me encuentro de regreso en la ciudad donde viví momentos de inmensa felicidad, pero también donde perdí todo lo que alguna vez quise. Regresar con...