ʚ『Capítulo 23』ɞ

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Me encuentro en la zona verde, donde me toca pelear. Caminando entre los árboles, sé que en cualquier momento me atacará, pero prefiero esperar su movimiento. Así que me siento, calmada, con la mente alerta.

—Así que, ¿así es como te ves? —dice su voz, cargada de provocación. Está tratando de molestarme, pero no aparece.

—Hay cámaras, ¿recuerdas? —respondo, sin demostrar ninguna emoción, consciente de que los espectadores nos están observando.

—Sí, son algo molestas.

—¿Entonces, para qué viniste? —le pregunto, sin moverme, con la tranquilidad que me da el saber que no ha atacado aún.

El silencio se alarga por un momento hasta que, de repente, siento una enredadera enrollándose alrededor de mi pie. Me arrastra violentamente por el suelo, y apenas tengo tiempo de reaccionar. Caigo de golpe, y la enredadera continúa arrastrándome por el bosque.

—Vine porque es divertido demostrarte que, a pesar de todo, sigues siendo tan débil como cuando eras niña —dice él con una sonrisa burlona.

<<¿Por qué no me esperaba esa respuesta?>>, pienso, mientras sigo siendo arrastrada. En ocasiones, me lanza contra los árboles, y el golpe me sacude. No tengo más opción que mantener la calma y observar con atención a mi alrededor. Tengo que encontrar una forma de romper el ataque y detenerlo, antes de que el dolor me incapacite.

Concentrándome, me elevo en el aire, usando mi telequinesis para romper las enredaderas que me atan. Pero como siempre, Ren tiene un truco bajo la manga. Sus plantas están impregnadas de veneno. Suspiro al darme cuenta de que no las evité a tiempo, aunque logré romper las enredaderas.

—¿Tan patético te sientes que tienes que venir a pelear conmigo, siendo menor que tú, en lugar de hacerlo con los de tu edad? —grito, flotando por encima de las plantas venenosas, mientras lo busco entre el follaje.

—¡Deja de jugar y ataca de una vez! —exijo, mientras esquivo un árbol lanzado contra mí.

Ren sonríe de nuevo, divertido. Pero sé que está acumulando poder para algo mayor. El sonido de raíces apareciendo detrás de mí me alerta, y en un instante, unas lianas con gas tóxico comienzan a envolverme. Aunque es evidente que esto está prohibido, él está dispuesto a llevarlo al límite.

<<Tengo que escapar>>, decido, sabiendo que no me está permitido pelear en serio. No quiero poner en riesgo a nadie más o a mí misma, así que busco una salida. Con mi telequinesis, lanzo un árbol a su dirección para distraerlo y, usando el caos a mi favor, comienzo a huir.

—¿A dónde piensas ir? ¡No siempre vas a huir! —escucho detrás de mí, mientras una liana con espinas se clava en mi pierna. Un dolor agudo recorre mi cuerpo, y caigo al suelo con un grito.

<<¡Mierda! Estas espinas atravesaron el traje!>>

Con esfuerzo, lo veo acercarse, su rostro lleno de moretones y rasguños. Sonríe, disfrutando de la lucha, pero no voy a dejar que gane.

—Ay, Night, no vine solo por un simple juego de niños —dice, arrastrándome por el camino, tomando mi cabello en un agarre firme.

Intento resistirme, pero el veneno que ha liberado empieza a adormecerme, anulando mi fuerza. Sin embargo, la desesperación me impulsa a usar mi habilidad. Con un esfuerzo, logro liberarme de su agarre, lanzándole una patada en el rostro. Lo envío volando, y en un parpadeo, los árboles y rocas comienzan a rodearme. Usando ambas manos, genero una lluvia de escombros hacia él.

Ren, sorprendido por mi reacción, se defiende, pero le golpea una roca mediana que había escondido entre los escombros. Sus defensas ceden, y lo veo debilitarse. Es mi oportunidad.

—¡Recuerda que mi don es telequinesis! No necesito mis manos para usarlo —le grito, sonriendo mientras lo empujo hacia el cielo con más fuerza. — ¡Solo las utilizo porque es más eficiente!

Ren, ya más débil, no puede seguir el ritmo. Al final, en un último esfuerzo, lanza una serie de raíces en mi dirección, pero yo las evito mientras les devuelvo un golpe que lo hace caer al suelo. El impacto lo deja atónito, y cuando la alarma suena, me declaran ganadora.

Ren, confundido y agotado, se levanta lentamente, mirando su brazo con incredulidad.

—No quería pelear contigo, Ren —susurro mientras empiezo a alejarme. No era mi plan. Mi única intención era huir. No esperaba que las cosas llegaran tan lejos.

Mientras salgo de la zona de combate, las palabras de Ren siguen resonando en mi cabeza.

—Akemi, no eres para esto. Sigues teniendo miedo. Y cuando te des cuenta de que no has superado tu pasado, será demasiado tarde.

Sus palabras me taladran, pero no me detengo. No tiene razón. Solo está molesto porque su juego terminó.

Ya en una habitación privada, coloco mis manos sobre la herida en mi pierna. Un brillo morado empieza a emanar de ellas, aliviando el ardor. Mientras la energía de mi habilidad sana la herida, me doy un momento para pensar en lo que Ren dijo. Pero estoy segura de que no tiene razón. No dejaré que sus palabras me dominen.

Donde se Cruzan los Recuerdos (BNHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora