Marvel: Psiquiatra

Capítulo 82: La Guerra Civil se vio obligada a terminar

Capítulo 82: La Guerra Civil se vio obligada a terminar

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—Lorien, eres muy amable conmigo —dijo Wanda, con voz suave.

Lorien le acarició el cabello y asintió sin dudarlo. "Lo sé".

"Te amo."

"Lo sé."

Por un momento, Wanda levantó la cabeza, se inclinó hacia el oído de Lorien, susurró algo y luego rápidamente volvió a enterrar la cara en su pecho. Una sonrisa tiró de las comisuras de la boca de Lorien, tan amplia que casi podría describirse como una sonrisa digna de Venom.

Lo que Wanda había susurrado fue: "Espérame esta noche".

Inmediatamente después, Wanda continuó la conversación, sin soltar a Lorien. "Lorien, realmente quiero elegir la segunda opción, para poder estar contigo todos los días".

Lorien le acarició suavemente la cabeza. "Lo entiendo".

—Pero sé que tengo que elegir la primera, ni siquiera la tercera —continuó Wanda—. Los sentimientos de Gwen por ti probablemente estén por delante de los míos en este momento, y necesito superarla. Necesito volverme más fuerte; no puedo dejar que mis habilidades se desperdicien. Solo entonces podremos estar juntos para siempre.

Lorien asintió con la cabeza. "Tienes razón. Cuando dos personas están juntas, deben esforzarse por ser mejores, no hundirse mutuamente".

Para animarla, Lorien le pellizcó suavemente la oreja: "Puedes hacerlo".

"Sí~"

En cuanto Lorien le pellizcó la oreja, el cuerpo de Wanda se relajó. Lorien la soltó rápidamente y Wanda se puso de pie nuevamente.

¡Bofetada~!

Wanda le dio una palmada suave en el brazo a Lorien, y su rostro se puso rosado. "Mis orejas son muy sensibles... no las pellizques en público..."

—Oh... —dijo Lorien, dándose cuenta de lo que había pasado. No pudo resistirse a burlarse de ella—. Entiendo. Los pellizcaré cuando lleguemos a casa esta noche.

Chasquido~

Wanda le dio otra bofetada suave, con el rostro aún más rojo. "¡Basta!"

Lorien levantó la barbilla y la apoyó sobre la cabeza de Wanda. —Adelante, golpéame ahora tanto como quieras, porque esta noche te devolveré el favor.

Al oír esto, Wanda bajó rápidamente la mano. No se atrevió a golpearlo de nuevo, sabiendo que si lo hacía, se enfrentaría a las consecuencias más tarde.