Marvel: Psiquiatra

Capítulo 91: ¡Enséñale a Stephen!

Capítulo 91: ¡Enséñale a Stephen!

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Los tres abandonaron el templo.

A lo largo del camino, cada mago que pasaba se inclinaba y saludaba cuando veía al Anciano.

Lorien, que era una persona bastante vanidosa, no pudo evitar pensar en lo mucho que le encantaría que estas personas también lo saludaran. Para que eso sucediera, todo lo que el Anciano tenía que hacer era revelar su identidad como el Padrino del Hechicero Supremo. Pero esa era, por supuesto, una idea ridícula.

Y además, en lugar de que la gente común lo saludara, Lorien preferiría mucho más que la gente en altas posiciones le mostrara tanto respeto.

Los tres salieron del templo y caminaron por un camino pavimentado con rocas. Atravesaron el patio y finalmente llegaron al campo de artes marciales. Todavía era de mañana, así que cuando llegaron, los magos en la arena estaban ocupados con su práctica matutina. Algunos estaban lanzando hechizos con anillos de honda, mientras que otros usaban bastones.

Estaba claro que estos bastones no eran las delgadas varas que a menudo se asociaban con los magos, sino más bien armas largas destinadas al combate cuerpo a cuerpo.

Hela, curiosa, preguntó: "¿Cómo practican los magos?"

"Aún no son verdaderos magos", explicó el Anciano. "Un verdadero mago debe ser capaz de lanzar hechizos sin que lo impida el entorno, y necesita dominar todos los conceptos básicos, incluidos los hechizos cuerpo a cuerpo".

De hecho, los hechizos que se aprendían en Kamar-Taj eran principalmente hechizos de combate cuerpo a cuerpo, que implicaban la creación de estructuras de energía, similares a los shuriken, frotando las manos. Tal vez este enfoque en el combate cuerpo a cuerpo tenía como objetivo compensar la baja defensa que normalmente tenían los magos.

Hela asintió con la cabeza en señal de comprensión, aunque ella misma no tenía esas preocupaciones. Hela era experta en hechizos letales, así como en ataques cuerpo a cuerpo y a distancia, lo que la convertía en una combatiente polifacética.

En ese momento, el Anciano y Lorien centraron su atención en un mago en particular del grupo de entrenamiento: Stephen Strange. Entre los muchos magos, su conexión con el reino terrenal era la más intensa. Mientras todos los demás practicaban sus hechizos en silencio, Stephen luchaba contra la duda sobre sí mismo. Desde su accidente automovilístico, había culpado a sus manos por su incapacidad para lanzar hechizos, en lugar de reconocer sus propias deficiencias. Después de varios intentos fallidos de producir chispas doradas, Stephen se volvía cada vez más irritable.

Observó a la gente que lo rodeaba, tratando de aprender de ellos, pero pronto su atención se dirigió hacia Lorien y el Anciano que estaban cerca. Los ojos de Stephen se abrieron de par en par por la sorpresa.

"¿Por qué está Lorien aquí?", pensó para sí mismo, y mientras su voz interior cuestionaba esto, sus manos vacilaron y dejó de moverse.