Capitulo 10

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Amara estaba sentada en la sala junto a sus hermanos, discutiendo sobre su regreso a la fábrica. Ahora que habían encontrado a alguien que ocupara su antiguo puesto, la duda surgía sobre si debería retomar sus viejas funciones o asumir un nuevo rol. La reciente separación la había dejado en un lugar incierto, y ninguno sabía exactamente qué hacer con ella en el negocio familiar.

—¿Vuelvo a la fábrica o me quedo con lo de siempre? —preguntó Amara, su mirada fija en Alden, esperando alguna señal.

—No lo sé, ¿quizás podríamos buscarte algo nuevo? —respondió Alden encogiéndose de hombros mientras Beckett observaba en silencio.

En ese momento, la puerta de la sala se abrió lentamente, y Nicolas entró, su ropa desordenada y el sudor perlándole la frente. Había estado ayudando al padre de Amara en el restaurante, moviendo mesas y cargando cajas. Se veía completamente agotado.

—¿Por qué llegas tan cansado? —preguntó Amara, notando su aspecto.

Antes de responder, Nicolas se desplomó a su lado en el sofá, rodeando su cintura con ambos brazos y hundiendo su rostro en el pecho de Amara. Se acomodó varias veces hasta encontrar una postura que le resultara cómoda, mientras Amara lo miraba con una mezcla de ternura y diversión.

—Qué asco, de verdad... —murmuró Alden con una sonrisa, mientras Beckett hacía sonidos de náusea fingida.

—Cállense —dijo Amara, lanzándoles una mirada severa antes de volverse hacia Nicolas—. ¿Por qué estás tan cansado?

Nicolas levantó la cabeza ligeramente, apenas lo suficiente para hablar.

—Tu padre... Me hizo mover mesas y cargar cajas en el restaurante.

Alden y Beckett soltaron una carcajada al unísono. Amara, sin poder evitarlo, sonrió también.

—Tienes que acostumbrarte, amor. Estarás haciendo eso hasta que mi padre decida que eres lo suficientemente fuerte para sus estándares —dijo mientras le acariciaba el cabello.

La palabra "amor" resonó en la habitación, haciendo que el ambiente se tensara por un instante. Alden y Beckett intercambiaron miradas, completamente sorprendidos por el término de cariño que Amara usaba, algo que jamás habían escuchado de su parte. Incluso Nicolas levantó la cabeza un poco más, claramente impactado.

Nicolas, aún asimilando lo que Amara había dicho, sonrió de forma tímida. Sin decir nada, tomó su mano y, con delicadeza, le dio un beso en los nudillos, su rostro suavizado por el cansancio pero también por el gesto. Amara lo observó, con una sonrisa tranquila, mientras sus hermanos intentaban procesar lo que acababa de ocurrir.

—¿Escuché bien? ¿"Amor"? —preguntó Alden, mirando a Beckett, quien solo abrió la boca en un gesto de asombro.

—Sí... estoy seguro de que eso fue lo que dijo —respondió Beckett con tono dramático.

—Cállense, tontos —dijo Amara rodando los ojos, tratando de evitar el sonrojo.

—Deberíamos seguir esta conversación más tarde —añadió rápidamente, cambiando de tema y mirando a sus hermanos con una ligera advertencia.

—Sí, váyanse. Ya no queremos verlos, por favor —bromeó Beckett, haciendo un gesto dramático con la mano.

—Exacto, por el bien de nuestras almas —añadió Alden en tono sarcástico.

Amara rodó los ojos y ayudó a Nicolas a levantarse. Lo llevó hasta su habitación, donde él se dejó caer en la cama sin más, claramente extenuado. Mientras él se acomodaba, Amara lo seguía abrazando, sintiendo cómo su respiración se volvía más lenta hasta que finalmente se quedó dormido.

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⏰ Última actualización: Oct 01, 2024 ⏰

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