، ❀ ࣪.˚˖ ▎ No siempre se aprecia el sol brillante, todos conocen el peligro, los sinónimos de guedo que en él prevalecen.
Era hermoso admirarlo desde lejos, era imposible tocarlo, nadie se atrevía a intentarlo, ni si quiera las estrellas que revolot...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𓂃 y siento que mi castillo se desmorona y veo que todas mis relaciones se cortan, no quieres conocerme ahora. 𓂅
El fuerte viento hizo que los mechones dorados volaran hacia su rostro, pareciendo querer quedar atrapados allí para siempre. No fueron lágrimas las que los mantuvieron allí, no había más lágrimas corriendo por el rostro redondo y ahora más frío de las joven Ebony.
―A quién podemos culpar por culpar por los dolores de cabeza...―la voz de William hizo que Faith saltara un poco y mirara en dirección a su tío que caminaba hacia el bando donde estaba sentada la chica.―... Si no a nosotros mismos.
―¿Qué haces aquí?―la voz salió en un susurro bajo mezclado con el viento, William no podía oírla así que intentó leer sus expresiones. Un intento que fracasó porque no habían expresión en el rostro de Faith.―¿Hay algún problema con la tía Freya? ¿O con Alec?
―No, solo vine a recogerte, podemos llegar a tiempo para el almuerzo.―William respondió con calma, recibiendo finalmente alguna expresión, no sabía si era una sonrisa cínica o una meuca como las que haces antes de vomitar.―¿Qué fue?
―¿Viniste a recogerme para pasar las vacaciones con mi nueva familia feliz?―la voz amarga y fría hizo que a William se le revolviera el estómago. Ella ya no era dulce, ya no era brillante, y al no recibir respuesta, todo lo que él pudo hacer fue bajar y mirarse los pies.―Voy a buscar mis cosas.
No había ningún entusiasmo allí, Faith siempre estaba entusiasmada con las vacaciones, dos meses sin escuela con su encantadora familia y sus encantadores amigos. Pero ahora, sus amigos parecían haberse ido y su familia, bueno, ya no quedaba familia.
Mientras guardaba sus cosas en su baúl, Faith intentó recordar cómo habría cambiado su vida en un año y medio, recordar cómo era antes de él. Eran días tranquilos y a veces morbosos pero alegres, pasaba toda la mañana tratando de concentrarse y la tarde las pasaba con sus amigos deambulando por el castillo, extrañaba jugar con los merodeadores, las tardes con Lily y sus amigas también eran momentos que pasó entre su propio círculo de amigos.
En cierto modo, cuando él apareció, todo tenía cierto sentido, sus días parecían el doble de animados o tal vez simplemente estaba sintiendo demasiadas cosas por culpa del chico. Él cambió mucho en su vida a pesar de que no pasaban mucho tiempo juntos, no sabía por qué pero cuando él le dio espacio para poder acercarse, Faith sintió que lo conocía desde hacía mucho tiempo, casi como si en otra vida.
Habría alentado a Faith a enfrentar su miedo a las alturas haciendo que la chica fuera a entrenar con él todas las noches cuando se cerraba el campo, pasando horas allí entrenando hasta que se irritaba por la falta de coordinación motora de la chica y simplemente dejó de decirle que era mejor intentarlo al día siguiente. Él fue quien le enseñó a tocar el piano, mostrándole todas las dulces melodías que escribió, todas las cuales eran perfectas en opinión de Ebony. Cada día que los estudiantes iban a Hogsmeade, los dos aprovechaban para tocar el elegante piano que decoraba el salón de Slytherin, eran tardes hermosas con música y dulces besos.
