𝐌𝐢 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐧𝐨 𝐭𝐚𝐧 𝐩𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭𝐚-Tom Kaulitz

15] se que no soy la única...

Jessica 

el sol comienza a ocultarse tras las nubes grises de Berlín, arrojando una luz dorada sobre el campus de la universidad, afuera, las hojas de los arboles danzan con el viento, y una brisa suave recorre todo el lugar. Solo me la he pasado toda la clase observando por la ventana del aula, mis pensamientos van mas allá de las estructuras y los jodidos planos, obviamente están con el gran y guapísimo Tom Kaulitz, pero también de vez en cuando mis pensamientos se van hacia Michelle, y no se por qué. Ella es deslumbrante, con una confianza y un talento hermoso al igual que ella y no puedo negar que la primera vez que la vi charlando con Tom sentí una ligera punzada de celos, y últimamente siento que no he asistido a algún ensayo o por lo menos a una reunión en la casa de Bill, pues han pasado ya como dos semanas y media que no los veo, y pienso que es por culpa de Michelle, pues ellos eran capaces de llamarme solo para ir a ayudarles a lavar sus platos con tal de verme, y no se nada de ellos, y ni siquiera me ha llegado ningún mensaje de nadie, ni de Gustav, desahogándose conmigo de que ya está harto del comportamiento del grupo, de George, mandándome mil audios de una hora diciéndome absolutamente nada, de Bill, preguntándome como estoy y si estoy libre para que me reúna con ellos, o también ningún mensaje donde me dice "vas a venir si o si, me importa una mierda si tienes mil y un tareas para el siguiente día" y de Tom, con quien casi no hablaba, pero de repente era capaz de preguntarme como estoy y etcétera.

—¿verdad Jessica?— giro mi cabeza como el exorcista al escuchar mi nombre y me doy cuenta que toda la clase me observa hasta mis pecados mas oscuros y la profesora tiene una ceja arqueada mirándome detenidamente y se que claramente se dio cuenta de que me ha pillado distraída y que me importa una mierda su clase.  

—Jessica, ¿puedes decirme cuál es el principio fundamental de la teoría de la percepción espacial que estamos viendo hoy?—. me sobresalto, sintiendo como el calor empieza a subir por mis mejillas, todos los ojos en el aula se volvieron hacia mi y la risa ahogada de algunos compañeros que me caen de la mierda hacen que me sienta aun mas expuesta, mierda, ¿por qué no presté atención?, trágame tierra y escúpeme en el infierno de una vez. 

—Eh...— titubeo, intentando recordar lo que había leído esta mañana. —Es, uh... la manera en que las personas interpretan... los espacios...— Mi voz se desvanece, la profesora frunce el ceño y escucho como casi la mayoría se ríe de la simple e inútil respuesta que he dado  

—Me temo que no es suficiente— responde la profesora con una mirada seria pero comprensiva. 

—El tema es crucial para el diseño arquitectónico. ¿Te gustaría compartir con la clase tu interpretación sobre cómo afecta la percepción espacial a la experiencia del usuario?—  siento que el pánico me invade. No puedo fallar frente a mis compañeros, porque soy capaz de recibir bullying hasta que me gradué de aquí, bueno, si es que logre graduarme de aquí.

—Claro, lo intentaré— murmuro, tomando un respiro profundo, Mientras trato de reunir mis pensamientos, logro recordar el concepto que había aprendido: la importancia de crear espacios que conecten emocionalmente a las personas. —Es... esencial considerar cómo los espacios influyen en las emociones y las interacciones— la maestra y compañeros escuchan atentamente, logrando que ganara un poco de confianza. —Un diseño bien pensado puede hacer que las personas se sientan cómodas o incluso inspiradas, mientras que un mal diseño puede generar confusión— La profesora asiente, permitiéndome continuar. Al final, sentí una bocanada de alivio por haber encontrado mis palabras, pero el eco de mi distracción sigue resonando en mi mente. Mientras mis compañeros solo me observan, no puedo evitar pensar en cómo Tom siempre logra robar mi atención, incluso en momentos en los que debo concentrarme.

la campana suena, indicando el final de la clase, todos, incluyéndome, empezamos a guardar nuestras cosas, la maestra se despide con un "nos vemos la próxima clase, chicos" y el sonido de sus tacones resuena por todo el aula, y mientras recojo las ultimas cosas de mi escritorio, me prometí a mi misma que la próxima vez, me enfocaría en el presente, sin distracciones. Pero, en el fondo, se que el corazón a veces tiene otros planes, y esos planes son Tom.