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1 Agosto 2024 Mónaco
Aspen
Había sido una semana muy complicada, después de encontrar a Rosie en aquel estado y salvarla, decidimos irnos de New York, no teníamos nada que hacer en ese lugar. Ella aun no entendía que hacíamos ahí y tampoco quería vernos, a mi solo se limitaba a mirarme, entonces Max tomo una decisión, internarla y por más que a Lando le dolía era lo correcto.
Rosie no estaba bien y necesitaba ser atendida por profesionales; Sergio y Max se encargaron de eso, y aunque yo quería a mi amiga de vuelta por el momento sería difícil. Lia odiaba esto al igual que yo pero teníamos que soportar ver como ella pedía alcohol y más cosas desesperada.
Oscar no dejaba que me acercara a ella, decía que podía hacerme daño de la desesperación que tenía pero era imposible, ella sería incapaz de lastimarme pero obedecí a Oscar de nuevo.
Ahora mientras esperábamos en la sala del hospital donde esperábamos a la doctora para mi cita de la ecografía, era la primera cita que me acompañaba Oscar y por fin sabríamos si sería niño o niña pero ninguno de los dos quería saberlo ahora, si no, hasta dentro unos días donde la familia de Checo me había organizado una revelación de sexo... la familia de checo... era también la mía pero aun no me sentía segura de decirles de esa manera, además hoy sería la segunda vez que los vería después de navidad.
—¿Estas bien?—pregunto Oscar.
—Si, es solo que estoy pensando en Rosie ¿crees que esta bien?
—Lo está, ya te dijo Max que esta en le mejor lugar de rehabilitación de Londres. Podremos ir a verla en unas semanas.
—Quisiera que estuviera en la revelación—Lo mire con tristeza y el solo me abrazo, sabía que el también quería estuviera Mia— Lo siento se que...
—Esta bien amor—me dio un beso en la frente— solo hay que concentrarnos en nuestro bebé—dijo acariciando mi barriga.
—Sobre eso, Oscar ¿que le diremos a McLaren cuando regreses del descanso?
—La verdad, que estamos juntos y esta vez no me importara lo que digan Zak o Andrea—tomo mi rostro entre sus manos— solo quiero pasar el resto de mi vida contigo y con nuestro bebé.
—Te amo—dije sin más; el sonrío y me beso.
—Yo también te amo preciosa.
Ambos nos besamos con cariño y amor mientras nos encontrábamos solos en aquella sala de hospital, por fin formaría la familia que siempre quise.
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