02. THE CAFETERIA
tiago era de esas personas que necesitaban trabajar para ayudar en casa y sostener sus estudios, no esos hijos de papi que ya tenían todo. después de haber renunciado de tres empleos anterior, por haberse quejado acerca de que lo pagaban no era ni siquiera el salario, por fin logró encontrar trabajo en una cafetería que estaba cerca del campus de la facultad de derecho.
y eso era genial, porque, al menos de lo que tiago sabía, los de derecho también consumían mucho café para tener que leer todos los libros que les encargaban. no ignoremos también que su mejor amigo estaba estudiando derecho y le había recomendado el empleo. tiago estudiaba en las mañanas y trabajaba por las tardes.
salía de las clases y se montaba en su bicicleta para llegar y sacaba sus apuntes para poder estudiar, aunque a veces le pareciera que era una poronga lo que freud decía, en lo que llegaban los estudiantes para ordenar. todos los días veía estudiantes leyendo en grupo o a solas. o a veces veía parejas compartiendo un vaso o un chico pagándole toda la cuenta a la chica.
esos últimos eran los peores. envidiaba mucho a las parejas felices y se sentía un poco triste cuando los veía juntos. él quería amar y ser amado, pero cada chica que lo coqueteaba, por alguna razón, lo desanimaba. hace unas semanas, había ido a una fiesta de halloween y se había enredado con una chica, tratando de enamorarse de ellas tras ir juntos a la cama. sin embargo, no había funcionado.
la chica había sido muy dulce y amable, muy bonita, sin embargo, no despertaba esa chispa de emoción y deseo de despertar a su lado para siempre. lo único presente había sido la lujuria que los invadió a ambos.
apartó sus recuerdos, pues estaba en horario de trabajo y se dedicó a atender a una maestra mientras trataba de relacionar su experiencia con los temas que ya había visto en su carrera, psicología. por alguna razón, sus vínculos románticos eran similares entre sí: esperaba y esperaba por el amor, pero en algún punto se aburría y cortaba a las personas de su vida, como quien corta etiquetas de su ropa.
al levantar la vista para entregarle el café a la mujer, la puerta del lugar se abrió y entraron su mejor amigo y el chico que le gustaba a este, bien agarrados de la mano. ¿ya eran novios?, se preguntó tiago, medio frunciendo el ceño, al tiempo que recibía el dinero. se sentaron en la mesa que estaba más cercana al mostrador, de modo que tiago pudo escuchar que lombardo dijo algo que no era gracioso, pero paulo no pudo evitar reír hasta tener lágrimas en sus ojos y la cara del tatuado parecía un cachorrito complacido con esto.
—le digo a mis amigos que me gustás porque sos mucho más inteligente que yo.
tiago estaba seguro de que, en cualquier momento, paulo empezaría a contar los meses que estuviera junto a ese chico y usando un anillo, pero diciendo que no estaban comprometidos. de igual manera, las ojeras en sus ojos le indicaban que, además de estudiar, se desvelaban hablando el uno con el otro. entonces sintió una ligera chispa de envidia.
—quiero sentir ese amor y esa emoción... —susurró, recargándose en el mostrador, mientras lombardo se levantaba a ordenar.
quería ser aferrarse a una persona que lo abrazara y lo hiciera sentir como el centro de su universo. bueno, no tanto. algún día, se prometió, se estaría enamorando sin precaución. tras entregarle su pedido a lombardo y recibir el pago, siguió recargado en el mostrador, esperando que alguien más hiciera algún pedido. pero pasaron casi quince minutos y nada, todos los que ya le habían pedido un café estaban ahí, concentrados en sus libros o ya habían salido, por lo que optó por sacar uno de sus libros y comenzar la lectura que les había encargado el profesor.
no levantó la mirada de tan concentrado que estaba, hasta que alguien se aclaró la garganta. se fijó en esa persona, con un rubor de vergüenza en sus mejillas.
—lo siento, buenas tardes. ¿qué le doy?
—ah, un cappuccino —respondió el chico. bastó una simple mirada para que tiago memorizara los rasgos de ese chico. lindos ojos verdes, pensó, mientras preparaba el café. al terminar, cogió un marcador rosita y le dibujó un corazón pequeño.
—aquí tenés —se lo dio.
—gracias, lindo —dijo, sonrojando a tiago, al darse cuenta de que el chico le miraba mucho los labios. tiago era consciente de que sus labios eran algo gruesos y bastante apetecibles, chupando sus labios mientras sus manos entraban en contacto.
—uh, de nada. volvé otra vez... —susurró.
se sintió bastante atraído por el chico, pensó, en cuanto llegó a su casa. una vez, sus pensamientos de querer sentir esa emoción de amor y de ser abrazado y de compartir una vida con alguien regresaron. envidiaba a paulo y ese chico empezó a aparecer en su mente el resto de la noche. leyó unas hojas más de su libro, para luego darse una ducha y meterse a la cama.
el resto de la semana, ese chico se la pasó yendo a la cafetería varias veces. finalmente, se presentó como mauro monzón, un estudiante de biología. pronto se hizo habitual verlo por ahí. a pesar de eso, tiago no dejó de intentar rellenar su vacío con algunas chicas y chicos. pero estaba bien, ya que mauro le había hablado de su novia.
—no sé qué hacer, paulo —se quejó el finde que se vio con su mejor amigo, después de que este le platicara cómo se había puesto de novio con lombardo.
—¿de qué?
—ninguna de las... eh... personas con las que mantengo un vínculo sexual me atrae lo suficiente para una relación —confesó, sonrojándose por admitirle a paulo que cogía cada dos por tres. —siempre me cuido —dijo, antes de que paulo hablara. —y la única persona que me atrae ya está en una relación, paulo... sólo quiero enamorarme y ser correspondido.
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𝒔𝒖𝒑𝒆𝒓𝒂𝒄𝒉𝒆
Fanfiction𝒔𝒖𝒑𝒆𝒓𝒂𝒄𝒉𝒆 ✰ pauki/litiago donde paulo y tiago, quienes son mejores amigos, viven historias de amor completamente diferentes... duki x paulo londra lit killah x tiago pzk