we're so sweet, so sweet...!!

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03. ANOTHER DECEPTION


tiago se había convertido en el pañuelo de lágrimas de mauro. la novia de mauro y este cortaban y volvían repetidas veces. se habían vuelto amigos y tiago se repetía que era lo que un buen amigo hacía, escuchar al otro en sus penas y congojas. pero, maldita sea, era tan difícil cuando esa atracción la sentías por ese amigo. tenía ganas de decirle a mauro que dejara a esa piba, que él podía darle todo lo que necesitara. 

pero claro que no le decía eso. sólo lo observaba, pensando en que mauro era perfecto para él. entre algunas cosas de amigos que hacían, y que llenaban a tiago de ilusión, era ver películas. sobre todo, películas de romance. aunque claro, eso era algo raro que pasaba, porque de lunes a viernes, solo hablaban muy poco. 

—le decís a alguien que estas son mis favoritas, y te mato, tiago —había amenazado, con tono de broma, y tiago solo asintió, mirándolo con adoración, mientras este seleccionaba la película. 

cada película que veían los hacía fantasear con tener una historia de amor similar, pero con el de ojos verdes a su lado. veían películas de disney, de hollywood, de stop motion... y en todas se veía a sí mismo con el chico, con quien quería tener un amor de película.

incluso la novia de mauro, con la que este siempre regresaba, empezaba a sospechar y a pensar mal de ellos. en ocasiones, llegaron a pasar semanas sin verse, por los celos de la chica, quien le decía que tiago era un puto que sólo quería meterse en sus pantalones. pero dejando de lado esto, todos los amigos de ambos empezaron a creer que, verdaderamente eran pareja.

—ay, no. se ven muy lindos juntos, posta —juraba paulo, de la mano de lombardo, pero dándole la bendición a tiago.

—claro, es por mí —decía con arrogancia, para disimular su tristeza de que no eran pareja, por mucho que parecieran y que todos asumieran que eran una. 

tiago solo quería vivir una película de amor. como en la princesa y el sapo, como en rapunzel, como en orgullo y prejuicio... hasta se conformaba con que su historia fuera como la de crepúsculo. pero eran solo meras fantasías que tenía. tal vez solo se estaba enamorando de la idea que él tenía de mauro, de esa faceta que le mostraba, que bien podría no ser la verdadera.

un día, tiago estaba terminando su turno en la cafetería. ya había dejado limpio y recogido sus cosas, cuando salió por su bicicleta, encontrándose con un vehículo, cuyo dueño lo llamó. 

—¡tiago! —levantó la vista mientras desataba su bicicleta, encontrándose a mauro, quien se había teñido el cabello, haciéndolo sonreír un poco, ¿había hecho caso al color que le sugirió alguna vez?, pensó, sin poder evitar sentirse ilusionado.

—hola, mau. 

—¿ya te vas? —tiago lo miró feo.

—¿posta me estás preguntando eso? ¿sos boludo o te hacés, mauro? 

𝒔𝒖𝒑𝒆𝒓𝒂𝒄𝒉𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora