that's my fucking best friend...!!

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06. THE SUPER BEST FRIENDS FOREVER

se habían conocido de pequeños, en el jardín de niños, cuando paulo se peleó con un niño y metieron a tiago, por accidente, en la pelea, tirando su juguito de manzana al suelo. el niño rubio prometió pagárselo y le pidió un jugo de manzana a su madre el día siguiente, siendo esa su ofrenda de paz y el inicio de su amistad con el morocho. 

—ahora somos súper mejores amigos —dijo el pequeño paulo, envolviendo en un abrazo a tiago. 

—¿estaremos juntos por siempre? —fue la pregunta que le hizo tiago al rubio, quien asintió con emoción.

—¡sí, juntos!

crecieron juntos. fueron a la primaria y al secundario juntos. pasaban varias tardes en casa del otro. ambos conocieron a las hermanas del otro. aprendieron muchas cosas juntos. pasaron muchas vergüenzas juntos. tiago estuvo ahí cuando paulo le reveló que le gustaba un compañero de clases. paulo estuvo ahí cuando vio a tiago besarse con un compañero y luego con una amiga suya. 

eran tan amigos, que la madre de paulo llegó a pensar que eran novios, lo cual solo les hizo caer en cuenta de que tal vez deberían separarse un poquitín o las personas que les gustaran no se acercarían por pensar que ellos dos estaban en pareja.

sólo se separaron cuando fueron a la universidad, pues paulo escogió derecho y tiago, psicología. incluso decían que paulo sería el abogado del otro si se llegara a meter en problemas y que tiago sería el psicólogo de paulo cuando este lo necesitara. 

los dos recordaban muy bien cuando el primer novio de paulo le rompió el corazón cuando rompieron. tiago estuvo bastante feliz con eso, súper feliz de que el rubio hubiera superado a ese cagón. sólo le tomó unos cientos de millones de mensajes por varias redes sociales. tiago podía jurar por dios que ese chico era un total narcisista y sólo buscaba romper a paulito.  

—me da miedo la uni, no vas a estar ahí —dijo paulo, en las vacaciones previas a entrar. ambos pasaron juntos las últimas vacaciones antes de separarse. 

—siempre nos vamos a poder, pau. para eso está el móvil.

todo el mundo sabía que ellos dos se querían mucho, muchísimo. por eso, siempre que les preguntaban, ellos respondían con cosas como "es mi mejor amigo", "es mi mano derecha", "es ese que se manda cagadas y aun así lo quiero bastante". eran mejores amigos. 

eran el salvavidas del otro, eran el que estaría con el otro hasta la muerte, eran al que le decían "te odio", pero era una puta mentira. era una sólida amistad en la que conocían todas las facetas del otro desde muy pequeños. habían tenido algunas peleas, pero siempre buscaban regresar el uno al otro. era un vínculo emocional de oro. 

cuando tiago perdió su anterior empleo, paulo fue en persona a hablar con los de la cafetería de la facultad, para ver si podían darle un empleo a su amigo. estuvo dispuesto a humillarse, pero no llegaron a eso. tiago le agradeció con creces. 

y cuando paulo se enamoró de mauro —a tiago le daba risa que ambos estaban enamorados de un mauro, agradecía que el novio de paulo se hacía llamar 'duki'—, tiago estuvo ahí para escuchar sus ilusiones y darle consejos. en una joda a la que fueron y en la cual se emborracharon demasiado, hicieron la promesa de casarse a los 32, si llegaban hasta esa edad solteros. tal vez eso terminaría siendo cierto, ya que eran el que más entendía y soportaba al otro. 

—odio a todos excepto a vos. y a mauro —dijo tiago, cruzándose de brazos. eso fue mientras su relación con este último todavía estaba iniciando, cuando todo parecía miel sobre hojuelas, como caminar sobre un camino de rosas.

¿quién más iría de compras con el otro a las dos de la mañana? ¿quién tomaría esa foto sólo para hacerle stickers al rostro de tiago? ¿quién se desvelaría haciendo videollamada con el otro, mientras el otro estudiaba para un parcial pesado? los dos estaban mal de la cabeza, compartiendo casi los mismos traumas y haciendo chistes de estos.

era un fin de semana después de que acabaran los parciales. habían acordado reunirse en un parque, aprovechando que mauro —el mauro de tiago— estaba en ese periodo donde se encargaba de mimar y tratar bien a su novio. era todo un ciclo de love bombing y ghosting. tiago ya lo estaba esperando, cuando paulo apareció con unos snacks, juguitos y un par de cervezas.

—che, te re tardaste —lo acusó tiago, con una sonrisa en la comisura de la boca.

—siempre con la mala onda, boludo —dijo paulo, poniendo los ojos en blanco, sentándose y sacando las cosas que había traído. tiago le dio un golpe juguetón en el brazo, mientras se decantaba por una lata de cerveza, en vez de un jugo.

—¿recordás cuándo te reté a hacerte ese tatuaje? —preguntó paulo, con una risita, señalando la luna en la mejilla de tiago.

—y sí, boludo, dolió una banda. 

—pero te queda re bien, eh. gracias por bancarme en todas mis locuras. 

—si no lo hacía, ¿quién más iba a cuidarte, eh, boludo? —tiago rio. era una verdad tácita, siempre se cuidaban, aunque no lo dijeran en ocasiones. 

—aw, sos un amor, tiago —dijo, fingiendo secarse una lágrima. 

—qué ternura, loco, ¿estás sensible hoy? 

—obvio, con vos siempre tengo que ponerme filosófico, ya sabés. —ambos se quedaron un rato en silencio. paulo miró de reojo a su mejor amigo, quien parecía querer calmar su sed con aquella cerveza. paulo sabía que tiago había tenido días difíciles, especialmente por lo que este estaba pasando con su novio. —vos sabés que siempre estoy para vos, ¿no? lo que sea. aunque sea agarrar a ese pelotudo y romperle la cara...

tiago rio, pero se sintió agradecido. a veces, paulo tenía esa habilidad de leerlo, sin que él dijera nada. eso era de las cosas que más amaba y valoraba de esa amistad, nunca tenía que explicar mucho, porque paulo ya lo entendía. 

—gracias, loco. 

—siempre, boludo. a las buenas, a las malas y a las peores. 

se quedaron un rato más en silencio, disfrutando de la tarde. a pesar de las complicaciones en la vida de tiago, en ese momento, al lado de su mejor amigo, sintió que todo era más llevadero. sabía que, aunque el mundo se cayera a pedazos, ahí estaría paulo para levantarlo. 






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𝒔𝒖𝒑𝒆𝒓𝒂𝒄𝒉𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora