Cambió el aura de los días,
al retozar,
cargado de astros hilarantes,
desde el jardín presente.Más allá de tu voz
-don de infinitudes-
desarraigas la soledad de mis fanales
cuando tu presencia, de retoño floreciente,
restalla aquí...Y mi corazón vuelve a abrirse,
impulsado por nuestro reencuentro.Es aquí, pequeño gigante.
Desde algún cielo genuino
por entre los barriletes y las brisas de septiembre,
fluyendo, como tal navío de papel,
donde atesoras la lectura de toda vida...Y que no me suenen más,
tan mal, las canciones del ayer.
Sino el eco precioso de tu risita acariciando mis caracoles.Incluso tu llegada,
-bienvenida de vuelos-
dejó despaciosamente un aluvión para la cera de mis velas.Y contemplarte horas enteras...
Cambió el aura de los días.
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Abelito
PuisiCuando dos corazones inventan a un corazón. ¡Ay, viajero naciente! ¿No se entrelazarán los tres en un triángulo de vida fraternal?