capítulo 44

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-Toma, ve por más.

La mayor tomó el balde, y se acercó a la orilla.
llenándolo de agua.

Se devolvió, y le entregó el balde con agua a la mnenor.

Esta lo dio vuela sobre la arena, y la metió en el balde,creando asi otra parte del castillo que construían.

Ambas siguieron en su mundo, construyendo el castillo, su castillo.

-Según yo esta quedando bien, se ve bien.

-Esta hermoso, sobre todo porque es nuestro castillo.

-¿Somos las reinas entonces?

-Así es- freen se alejó un poco, solo para observar de mejor mnanera el castillo -Bien, solo ponemos una torre por ahí y estará listo- Lalisa señaló un lugar, y Jennie asintió.

Ambas siguieron construyendo la última torre de su castillo, y cuando lo consiguieron, ambas sonrieron satisfechas.

Lalisa fotografió el castillo desde muchos ángulos, y también fotografió a becky junto al castillo.

Ambas reían felices.

Ambas estaban siendo felices.

Becky sabia que su felicidad la causaba freen y su personalidad, su sonrisa, su risa. Cada aspecto de la menor la hacia reir y sentirse más enamorada.

Su felicidad estaba atada a freen.

¿Debía preocuparse por eso?

Junto a freen, becky sentia que el tiempo
se congelaba, y ambas eran las únicas en el planeta.

Se encerraban en su burbuja de felicidad y amor.

La sonrisa en el rostro de la mayor era como un tatuaje, imposible de borrar.

El día se estaba yendo.

El tiempo juntas se les agotaba.

Pero no les importaba en absoluto.

Siguieron riendo, y sonriendo.

Freen se sentó en la arerna, y becky se sentó frente a ella, apoyando su espalda en el pecho de la menor.

Lalisa rodeó su cintura con sus brazos, teniéndola cerca, sin dejar que se alejara un poco.

-¿Te habia dicho ya que te amo?

-Si, pero siempre me encanta escucharlo.

La sonrisa de becky se hizo más grande.

Becky giró su rostro, dejando que freen la besara Suavemente.

-Va a ser complicado- La menor apoyó su frente contra la de la mayor -No sé si podré estar lejos de ti un segundo.

-Será poco tiempo, lo prometo. Me tendrás en tus brazos antes de lo que te imaginas.

-Te estaré esperando, cada segundo que me queda de vida.

-Espero que cuando llegue tengas chocolates para mi, si no me devolveré- becky rió -En realidad no lo haría, pero si quiero chocolates cuando llegue.

-Como usted ordene, reina- freen puso un tono de voz más grave, antes de reír.

Ambas sentían esa extraña sensación en el estómago, lo que la gente denominaba "sentir mariposas".

Mariposas, que con cada mentira van muriendo, que con cada desilusión desaparecen, y que con cada llanto se hacen más débil.

Y freen sabía aquello.

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