Fontaine se alzaba ante Aether y Paimon como una joya de luz y agua. Las corrientes fluyendo por los canales de la ciudad reflejaban un cielo despejado, y el sonido constante del movimiento del agua llenaba el aire con una serenidad engañosa. Aunque parecía un lugar pacífico, ambos sabían que, al igual que en las otras naciones que habían visitado, la calma superficial ocultaba tensiones y secretos profundos.
Paimon: ¡Wow! ¡Fontaine es incluso más bonita de lo que imaginaba! —exclamó Paimon, girando en el aire mientras miraba los elaborados puentes y edificios que se erguían junto a las aguas.
Aether, aunque admirado, mantenía su enfoque en la misión. TN estaba a su lado, siempre alerta, y ambos sabían que había mucho trabajo por delante.
Aether: Lo sé. Pero no nos distraigamos, Paimon. Tenemos que reunir información sobre el Arconte Hydro y la situación aquí. No podemos perder más tiempo. Y después debemos empezar la búsqueda de información sobre mi hermana.
TN se mantenía en silencio, observando el entorno con ojos afilados. La ciudad de la justicia tenía una atmósfera peculiar, y sentía que cada paso que daban era observado. Sin embargo, algo en el aire le resultaba vagamente familiar. Mientras caminaban, TN se detuvo y miró a Aether.
TN: Será más eficiente si nos separamos. Tú y Paimon pueden ir a hablar con los locales en los mercados y plazas. Yo me ocuparé de obtener información por mi cuenta. Hay lugares donde alguien con mis... habilidades puede entrar más fácilmente.
Aether asintió, comprendiendo la lógica detrás de la decisión. Aunque se habían vuelto cercanos, TN tenía su propio enfoque para lidiar con las situaciones, y confiaba en que él podía manejarse bien solo.
Aether: Está bien, pero no te alejes demasiado. Nos reuniremos aquí cuando hayamos conseguido lo suficiente.
TN asintió antes de girarse y alejarse, desapareciendo entre la multitud como una sombra entre las luces vibrantes de Fontaine.
Caminando por las calles serpenteantes de la ciudad, TN no tardó en escuchar fragmentos de conversaciones que le permitieron conocer más sobre la Arconte Hydro, la enigmática Furina. El pueblo la veneraba, aunque algunos susurraban con cautela sobre sus juicios y la forma en que manejaba la justicia en Fontaine. Sin embargo, algo más llamó su atención: ciertos rumores que insinuaban su comportamiento impredecible y una conexión con las profundidades ocultas bajo la ciudad. TN archivó esta información para más adelante.
A medida que se adentraba más en las calles, se relajó ligeramente, sintiendo que había hecho buenos avances en su investigación. Pero entonces, algo llamó su atención. A lo lejos, en una de las calles empedradas, una figura conocida caminaba con una gracia inconfundible. Un destello de cabellos oscuros y blancos, con esa presencia firme que sólo alguien como Arlecchino podía tener.
El corazón de TN se aceleró junto con los recuerdos de su último encuentro con ella. Sabía que había cosas no dichas, heridas abiertas que nunca se habían cerrado. Y aunque no sabía si sería capaz de enmendar todo lo que había sucedido, sentía la necesidad de intentarlo. Quizás una disculpa no cambiaría el pasado, pero tal vez podría aliviar el dolor que ambos habían cargado.
TN: Es ahora o nunca... —murmuró para sí mismo, apretando los puños.
Decidido, comenzó a caminar con rapidez tras Arlecchino, moviéndose con agilidad entre la multitud que llenaba las calles. Sin embargo, Arlecchino era rápida y siempre había sido difícil de seguir. TN vio cómo giraba en un callejón estrecho y oscuro, lejos de la mirada de los transeúntes.
TN: ¡Arlecchino! —llamó, sin obtener respuesta.
Al llegar al callejón, solo encontró silencio. Las sombras lo envolvían, y no había rastro de ella. Respirando profundamente, dio unos pasos más, mirando a su alrededor con frustración.