Capítulo 4: Convivencia con la cuarta

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El día en Sumeru era cálido, con una brisa suave que arrastraba el aroma de las flores y especias locales. TN, Aether, y Paimon estaban sentados en un restaurante al aire libre, disfrutando de la tranquilidad del momento mientras se deleitaban con la gastronomía de la región.

Paimon: ¡Esta comida es increíble! ¡Paimon nunca se cansa de probar cosas nuevas! —exclamó, llevándose un gran bocado a la boca, sus ojos brillando de emoción.

Aether asintió, sonriendo levemente mientras tomaba un sorbo de su bebida, mirando de reojo a TN, quien parecía algo más reservado de lo habitual.

TN: Es bueno tomarse un descanso de vez en cuando... —dijo con tono tranquilo, aunque su mirada vagaba por la multitud, como si buscara algo o a alguien.

Aether, notando la distracción de su amigo, le lanzó una mirada curiosa.

Aether: ¿Esperas a alguien, TN?

Antes de que pudiera responder, la figura de alguien conocido apareció entre la multitud, caminando con gracia y seguridad. Arlecchino, vestida con una capa oscura que destacaba entre los colores vibrantes de Sumeru, se acercaba con una sonrisa enigmática en sus labios. Sus ojos se fijaron en TN al instante, como si hubiera estado buscándolo específicamente a él.

Paimon, quien fue la primera en notar su llegada, no perdió la oportunidad de bromear.

Paimon: ¡Oh, oh! ¡Mira quién viene por aquí! —dijo con una risa traviesa— Parece que alguien está buscando a su novio, ¿eh, TN?

TN levantó la vista justo a tiempo para ver la sonrisa astuta de Arlecchino. Sabía que Paimon estaba bromeando, pero la situación no hacía más que incomodarlo. Aether, que también había notado la llegada de la mujer, arqueó una ceja con curiosidad, sin perder su calma habitual.

Paimon: ¡Paimon lo sabía! ¡Debe ser algo importante si vino hasta aquí! —dijo, claramente disfrutando del momento.

Arlecchino: Oh, ¿novio? —intervino Arlecchino, su voz cargada de diversión mientras se detenía junto a la mesa, inclinándose ligeramente hacia Paimon— Interesante elección de palabras, pequeña.

TN, sin embargo, solo pudo suspirar, sabiendo que cualquier intento de negar las bromas solo empeoraría la situación.

TN: Paimon... no es lo que piensas.

Paimon, sin inmutarse, siguió con su tono burlón.

Paimon: Claro, claro. Pero ya sabes lo que dicen, ¡cuando el río suena, agua lleva!

Aether, manteniendo su compostura habitual, solo observaba la interacción con una sonrisa divertida. Sin embargo, antes de que la situación pudiera escalar más, Arlecchino tomó la iniciativa.

Arlecchino: Disculpen que interrumpa su comida, pero necesito hablar con TN en privado. —dijo, ignorando las bromas mientras su mirada se mantenía fija en TN.

Con un gesto de la mano, TN se levantó, sintiendo cómo la tensión en su pecho aumentaba. Sabía que algo importante se avecinaba, y la seriedad detrás de la sonrisa de Arlecchino solo lo confirmaba.

Paimon: ¡Oh, no! ¿Van a tener una conversación de pareja? —bromeó Paimon, causando que TN rodara los ojos mientras Arlecchino simplemente sonreía de manera enigmática.

Ya alejados del restaurante, caminando por una calle más tranquila, TN decidió romper el silencio.

TN: ¿Qué es lo que quieres esta vez, Arlecchino? No creo que sigas aquí solo para disfrutar de la hospitalidad de Sumeru.

Arlecchino, manteniendo su tono juguetón, giró su rostro hacia él, con una expresión calculadora.

Arlecchino: Tan directo como siempre, TN. —comentó, deteniéndose finalmente en una esquina menos transitada— Necesito tu ayuda nuevamente con una pequeña misión de recopilación de información.

Entre Sombras Y LlamasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora