𝟎𝟎𝟏 | BEM-VINDAS.

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La luz del atardecer barranquillero entraba suavemente por la ventana de la sala, dándole un cálido tono dorado a la habitación donde Valentina y Gigi estaban sentadas frente a la pantalla del computador. Todo estaba en silencio, a excepción del sonido de sus respiraciones nerviosas. Ambas miraban fijamente el cursor que flotaba sobre el pequeño botón de "comenzar". Sabían que con un simple clic podrían cambiar sus vidas en un instante.

—No puedo hacerlo, nena—Gigi negó, alejando las manos del teclado como si el mouse estuviera a punto de explotar. —¡Hazlo tú!

—¿Yo?—Valentina se señaló así misma, riendo con nerviosismo. —Que no se te olvide que fue tu idea, vamos Gi, tú puedes.

Gigi respiró hondo y cerró los ojos unos segundos. El silencio se volvió aún más espeso, casi tangible.

—Está bien, lo haré. A la cuenta de tres—Dijo, abriendo un ojo para mirar a la castaña, quien asintió.

—Uno.. dos.. tres..

Al hacer clic, la pagina cargó, mostrando el resultado. Ambas leyeron las palabras al mismo tiempo, pero no reaccionaron inmediatamente. Era como si no pudieran procesarlo.

¡Felicitaciones, fueron elegidas por la junta como el equipo ganador de nuestro concurso anual para el intercambio laboral!

Valentina fue la primera en reaccionar, lanzando un pequeño grito que hizo eco en la habitación. —¡Ganamos, marica!—Gritó mientras saltaba en el sofa, tirando el computador a un lado.

Gigi, aún incrédula, dejó caer el cuerpo hacia atrás y cubrió su cara con las manos, riendo entre lágrimas de emoción. Solo ellas dos sabían todo lo que habían sacrificado por hacer una buena propuesta para lograr el resultado que estaban celebrando en este momento.

—¡Nenaaaa! ¡Nos vamos a Brasil! ¿Puedes creerlo?—Gritó la pelinegra, levantándose para unirse al baile improvisado de celebración. —¡Seis meses en São Paulo!

Las dos comenzaron a saltar por la habitación, abrazándose mientras reían y gritaban. El sonido de su felicidad llenaba todo el espacio, haciendo vibrar el pequeño apartamento que compartían. Después de unos minutos de euforia, ambas cayeron exhaustas en el sofá.

—Tantas noches sin dormir valieron la pena—Dijo Gigi, respirando entrecortadamente mientras intentaba calmarse.  —Somos el mejor equipo.

—Se siente como un sueño—Respondió Valentina, todavía sin asimilar completamente lo que acababa de suceder. —Vamos a vivir en Brasil, trabajar allá.. Dios mío.

—Y ni siquiera hablo bien portugués—Gigi la señaló.  —Tienes que enseñarme rápido—Valentina asintió.  —¡Dios! ¡Esto va a ser increíble!—Añadió Gigi, riendo mientras pensaba en las posibilidades.

Al día siguiente, aún emocionadas por la noticia, Valentina y Gigi se dirigieron a la oficina de su empresa. El ambiente estaba cargado de entusiasmo. Sus compañeros, que también habían participado en el concurso, las recibieron con sonrisas y felicitaciones sinceras. Las dos no paraban de recibir abrazos y mensajes de apoyo de quienes, aunque no habían ganado, se alegraban por ellas.

—¡Las chicas que se van a conquistar Brasil!—Dijo Andrés, uno de sus compañeros, mientras se acercaba con una sonrisa. —Tienen que enviarnos fotos de todo, y traernos regalos, ¿eh?

Valentina y Gigi sonrieron, agradeciendo las muestras de cariño. Durante todo el día, firmaron papeles, prepararon documentos, y se reunieron con sus jefes, quienes las felicitaban y las animaban a aprovechar la experiencia. No fue hasta dos días después que finalmente abordaron el avión que las llevaría a São Paulo. Las horas de vuelo transcurrieron entre risas, pequeñas siestas y conversaciones llenas de expectativas sobre lo que vendría.

Lose You To Love Me  ━━ Richard RiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora