En algún barrio de Ñuñoa, dos amigos se encontraban durmiendo plácidamente aunque desordenados en la cama, en especial uno que parecía como que se hubiera caído del ultimo piso del costanera.
Hubieran seguido durmiendo hasta quién sabe qué horas de la tarde si el celular de uno no hubiera sonado. Entre quejas, un pelinegro respondió.
– ¿Aló, mami? – Respondió Sunghoon intentando poner su voz lo más normal posible, aunque fue sin éxito ya que aún así sonaba recién levantado.
Jake por consecuencia se despertó al oír a su amigo disculparse con su mamá por levantarse tan tarde, ya que apenas faltaban 30 minutos para que fueran las dos de la tarde.
Aún medio dormido, se levantó casi cayéndose por estar enredado en las sábanas para dirigirse al baño.
Jake se había quedado a dormir en la casa de Sunghoon, ya que su mamá siempre lo retaba por llegar pasado a cigarro o medio borracho. Jay tuvo que irse en la madrugada a devolverle la camioneta a su papá, además de que debía ir al trabajo en horario de la tarde.
Cuando Jake salió del baño, Sunghoon ya había terminado de hablar por teléfono y estaba esperando en la pared al lado del baño para él también entrar.
Lo bueno es que no era la primera vez que el castaño se quedaba a dormir en la casa del otro, prácticamente vivía ahí, y es que en su casa siempre pasaba solo, así que fue con toda la confianza del mundo a abrir el refrigerador para ver qué tener de desayuno/almuerzo.
Mientras tostaba unas marraquetas en el tostador para la cocina, Sunghoon había llegado mientras veía el celular.
– ¿Qué vai' a hacer? – Pregunta sin despegar la vista del aparato.
– Pancito con palta po', ayúdame y pone agua en el hervidor pa' tomarnos un tecito. – El pelinegro asiente, tomando el hervidor para hacer lo pedido.
– Oye, el viernes tengo día libre, ¿vamos pa' algún lao'?
– Pucha, Hoon, el viernes me voy con mi mamita al campo pa' ver a la yaya. – El pelinegro suspira, pasándose la mano por el rostro.
– Puta, y el Jay tiene libre los sábados y domingos no má'. Y no tengo más amigos, todos los otros culiaos me caen mal. – Se escucha una carcajada de parte del castaño.
Sunghoon iba a volver a quejarse, pero un sonido de notificación de su teléfono lo interrumpió. Una notificación de instagram, más específicamente, un mensaje de Sunoo.
– ¿Y el cuico de anoche? – El pelinegro se sorprende por la coincidencia.
– ¿Qué con él? – Jake rueda los ojos por lo tonto de su amigo.
– Que eri' weon. Ese mino no trabaja y está de vacaciones como nosotros, anoche se veía buena onda, había química entre ustedes, ¿por qué no lo invitai' a él el viernes? – Todo esto era dicho tranquilamente mientras preparaba la palta al ya tener listo el pan desde hace un rato.
Sunghoon piensa al mismo tiempo que pone la mesa.
– Igual es buena idea. Le voy a mostrar todo otro mundo al rubiecito, va a conocer el Chile de verda'. – Ambos ríen, sentándose en la mesa frente a frente al tener todo listo.
Sunghoon prende la televisión para ver algo y Jake se prepara enseguida el pan.
– Ooh, está entero rico el pan, weon. – Habla con la boca llena el castaño, disfrutando de su desayuno/almuerzo.
– Si la vecina hace re rico el pan, más si está tostao'. – Jake asiente totalmente de acuerdo a sus palabras.
Aquel momento era bastante típico y familiar entre los dos amigos. Hablaron de cualquier cosa con la televisión de fondo en alguna telenovela cualquiera, más que nada para tener un sonido en segundo plano y que no estuviera tan silencioso, aunque algunos gritos de niños jugando afuera también ponían de su parte para el ambiente.
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El Metro. - Sunsun AU
FanficModismos chilenos, historia ambientada en Santiago de Chile. Sunoo es el tipico niño pituco y Sunghoon tiene toda la pinta de flaite. ¿Cómo llegó el rubiecito de Sunoo al metro Los Leones? ¿Y por qué pensó que Sunghoon le quería robar el celular? M...