Sol y Estrellas

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Dos días pasaron desde la cita de Sunghoon y Sunoo, y las cosas empezaron a mejorar.

Cada vez se respondían más rápido, y si alguno se demoraba en responder, se disculpaba y explicaba lo que pausó la conversación, trayendo así más temas de los que hablar.

Uno pensaría que dos personas de clases tan distintas no tendrían nada de que hablar, pero esta misma característica traía temas interesantes para el otro.

Ahora, día lunes, Sunoo se encontraba viendo televisión en la gran sala de su casa mientras comía un plato de cereal. Estaba solo, ya que Rosa había salido a comprar como todos los lunes y su hermana había decidido irse de viaje con sus amigas a Australia aprovechando su semana de vacaciones.

¿Y sus padres? Bueno, ellos no volverían hasta una semana más. De todas formas, Sunoo ya estaba acostumbrado, ya que desde siempre sus padres viajaban constantemente al sur por temas de trabajo.

Su tranquila mañana viendo Gilmore Girls es interrumpida cuando su teléfono empieza a sonar. Sabe que no es Sunghoon, ya que ayer él le había avisado que trabajaría turno de mañana (aunque no hubiera nadie en ese horario) porque su jefe iría a supervisar y no podría usar su celular.

– ¿Aló, Hee? – Pausó la serie.

– Sun, ¿estás en tu casa?

– Síp, estoy solito. ¿Por qué? – Deja el tazón con cereal encima de la mesa de centro, poniendo toda su atención en su amigo.

Escucha a través del celular como Heeseung ríe.

– Estoy afuera. – Sunoo se sienta derecho en el sillón, girándose a ver la puerta.

– ¿En serio? – Pregunta mientras se levantaba para ir hacía la entrada.

– Compruébalo. – Y cuelga.

Sunoo abre la puerta emocionado, sonriendo ampliamente al ver después de tantos días a su amigo.

– Hee-. – No alcanza a decir algo más, ya que el nombrado apenas lo vio, se acercó a darle un fuerte abrazo que casi lo deja sin aire.

– ¡Suni! Extrañé tanto ver esa carita adorable tuya. – Dijo mientras lo tomaba por las mejillas. – De verdad perdóname por no poder estar en tu cumpleaños, si me lo hubieras pedido nunca hubiera ido con mi familia a-.

– Heeseung, no te preocupes. Tienes que estar con tu familia. – Sonríe, alejando con cuidado las manos ajenas de su rostro. – ¿Por qué viniste a visitarme?

– ¿No puedo venir a ver a mi lindo Sun? Aunque de hecho, también vine a darte tus regalos. – Se gira a hacerle una señal a su chófer, quien de inmediato se dirigió a la parte trasera del auto para empezar a sacar bolsas y cajas

– Hee, te dije que no se repitiera lo de navidad... – Se hace a un lado, dejando pasar al chófer con los regalos para que los dejara en la sala.

– No te preocupes, esta vez es la mitad. En vez de 60, son 30. – Al oír esto, Sunoo sonríe ampliamente.

Tampoco iba a mentir, amaba los regalos.

– Entonces, no debería perder tiempo y empezar a abrirlos~. – Entra de nuevo a su casa bastante emocionado, siendo seguido por Heeseung, que él estaba feliz con tan sólo haberlo visto finalmente en persona.

Ahora los dos estaban en el sillón, Heeseung viendo con una sonrisa cómo Sunoo abría cada uno de los regalos. Algunos más caros que otros, unos cuantos importados de otros países, ya saben, lo típico.

– Muchas gracias, Hee~ Todos los regalos me encantaron ene. – Comenta finalmente Sunoo al terminar de abrir el último regalo que era un lindo set de anillos prada.

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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