𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟔.

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**Manzanas Y Risas**

Una semana después, Sonic se encontraba en Sweet Apple Acres, disfrutando de un sándwich en una de las mesas del granero. Detrás de él, se erguía una montaña de sándwiches, resultado de su voraz apetito y su inigualable habilidad para comer rápidamente. La escena era un testimonio de su energía constante y su amor por la buena comida.

A su lado, Applejack y Pinkie Pie compartían un merecido descanso tras una larga jornada de cosecha. Las manzanas recién recogidas brillaban bajo el sol, y el aire estaba impregnado del dulce aroma de la fruta. Applejack, con su característico sombrero de vaquero, sonreía mientras observaba a Sonic devorar su comida.

Applejack: ¿Te das cuenta de que podrías abrir una tienda de sándwiches con todo eso, Sonic?.

Comentó con humor. Pinkie Pie, siempre llena de energía, reía mientras se servía un trozo de pastel.

Pinkie pie: ¡Sí! ¡Podríamos hacer una fiesta de sándwiches! Sería increíble.

Exclamó, sus ojos brillando con emoción. Sonic, mientras masticaba, levantó la vista y dejó escapar una sonrisa.

Sonic: Tal vez, pero por ahora, me conformo con disfrutar de esta deliciosa comida.

Respondió, sintiéndose a gusto en la compañía de sus amigas.

Sonic: Por cierto, mis felicitaciones a la chef.

Dijo Sonic con una sonrisa amplia mientras devoraba otro sándwich. Sus palabras resonaron en el aire, y Applejack se sonrojó, sintiendo una mezcla de orgullo y timidez ante el halago.

Había sido ella quien había preparado todos esos sándwiches, con especial atención en aquellos que sabía que le gustaban a Sonic. Verlo disfrutar de su comida era una recompensa en sí misma.

Applejack: Gracias, Sonic.

Respondió Applejack, tratando de ocultar su sonrojo con una sonrisa modesta.

Applejack: Solo hice lo que pude para alimentar a un corredor como tú.

Pinkie Pie, con su energía habitual, se unió al momento, saltando en su asiento.

Pinkie pie: ¡Sí! ¡Y hay más donde eso vino!.

Exclamó, señalando la montaña de sándwiches. Sonic sonrió aún más al ver la reacción de Applejack. En medio de su voraz apetito, había algo más en juego: la calidez de la amistad y el esfuerzo que se había puesto en cada bocado.

Después de devorar todos los sándwiches, Sonic se recostó en el pasto, sintiéndose satisfecho y con el estómago lleno.

Sonic: Gracias, Applejack. En serio, estuvo demasiado bueno.

Dijo con una sonrisa que reflejaba su felicidad. En ese momento, Pinkie Pie saltó de su lugar y se acomodó a su lado, apoyando su cabeza en uno de sus brazos.

Sonic, sorprendido, giró la cabeza para ver a Pinkie, quien sonreía con la alegría de una niña pequeña. Aunque él también tenía solo 15 años, siempre la veía con esa inocencia que lo hacía sonreír.

𝐒𝐄𝐑𝐄 𝐒𝐔 𝐇𝐄𝐑𝐎𝐄 /// My Little Pony Donde viven las historias. Descúbrelo ahora