Capitulo 29

1 0 0
                                    

Han pasado dos meses desde que Sam me confesó lo del cancer, lo veo desde la puerta, a solo unos pasos de mi, pero parece un mundo de distancia, está sentado frente al espejo, ajustando el nudo de su corbata con manos temblorosas, su piel, antes radiante, esta ahora algo pálida y casi traslúcida, sus ojeras revelan noches de dolor y agotamiento, la chaqueta del traje, que alguna vez le quedaba perfecta, cuelga suelta de sus hombros, como si su cuerpo ya no tuviera la fuerza para sostenerla.

El brillo en sus ojos, ese fuego que siempre me enamoraba, se ha apagado un poco. Aún así, cuando me mira y me sonríe, miro al hombre que amo, sus labios tiemblan cuando forma su sonrisa, pero en su expresión ahí una mezcla de paz y de determinación, está a minutos de convertirse en mi esposo y yo en el de él y no importa qué tan debilitado esté su cuerpo, su espíritu sigue siendo fuerte

Mi pecho se aprieta, quiero acercarme, decirle que no tiene que seguir adelante si no puede, que podemos esperar, pero sé que no es lo que él quiere, él quiere este momento, quiere dar este paso, aún que su cuerpo se está desmoronando

Lo miro con ternura y me acerco despacio hacia él, acaricio con cuidado sus nudillos frágiles - no tienes idea de lo increíble que te ves hoy, ahora no importa nada más, no importa el dolor, ni el miedo, ni el tiempo que nos quede, lo que importa es que en unos minutos más, vas hacer mi esposo, y eso es lo único que quiero, que sepas que estoy aquí, que siempre lo estaré, no me importa cuantos días o años tengamos por delante, lo que importa es que cada uno de esos momentos lo viviremos juntos, te amo ahora, te amaré mañana y siempre - lo miro y sonrío a pesar que mis ojos puedan reflejar el miedo de perderlo - vamos hacerlo, a vivir este día como si fuera el primero de muchos.

Me mira con sus ojos llenos de lágrimas, una mezcla de amor y gratitud se refleja en su mirada - no sé cómo haces para seguir viéndome así, para seguir amándome, cuando lo único que puedo ofrecer es esto, esta sombra de lo que fui, pero aquí estás siempre tan fuerte y lleno de amor - me responde con su voz quebradiza, con algo de dificultad toma un poco de aire - te e querido proteger, alejarte del sufrimiento que sé que viene, pero soy cobarde hasta para eso, no puedo alejarte ni negarme a lo único que me hace sentir vivo y eso eres tú, si aún quieres compartir este camino conmigo, aún que sea corto , entonces si, casémonos, por qué prefiero unos pocos días contigo que una eternidad sin haberte amado de verdad - me mira intentando sonreír a pesar del dolor que tiene - gracias, por no rendirte, por amarme así, incluso cuando yo no puedo hacerlo por mí mismo - tía Clara llega y nos mira - están tan guapos los dos, les estamos esperando- dice mientras intenta sonreír para no llorar

El camino al altar está cubierto por pétalos de flores blancas y lilas, que parecen flotar sobre la arena, a los lados, altas cortinas de seda blanca ondean, suavemente con la brisa marina, enmarcando la vista del mar infinito que murmura al fondo, las sillas de los invitados adornadas con lazos de lino, están dispuestas en filas simétricas y sobre cada una cuelga un pequeño ramo de lavanda y eucalipto, desprendiendo un aroma suave y relajante.

Las luces de pequeños faroles de cristal cuelgan delicadamente de finos hilos, balanceándose al ritmo del viento, mientras los rayos dorados del atardecer tiñen todo de una cálida luz anaranjada, los invitados nos observan en silencio, algunos con lágrimas en los ojos, otros con sonrisas llenas de esperanza y cariño, cada paso que damos hacia el altar, es un susurro de amor, rodeado por el sonido suave de las olas y la promesa del futuro, aunque incierto

Estamos en el altar uno frente al otro, a llegado el
Momento de dar nuestros votos y empiezo yo

- desde el primer momento en que te vi supe que eras especial, no por cómo lucías, sino por la manera en que me hiciste sentir, como si mi vida tuviera un propósito más grande que yo, hoy, frente a nuestros seres queridos, quiero prometerte lo que ya has hecho parte de mi, mi amor, mi fuerza y cada uno de los días que nos quedan juntos, no importa cuantos sean, por qué cada unos será perfecto si estás a mi lado, prometo cuidarte, en la salud y en la enfermedad, por qué es contigo donde siempre e querido estar, y donde siempre estaré

Te enseñaré a amar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora