venganza hacia los Lee 💫 knowmin

capítulo 1O.

Minho se acercó lentamente al rubio acariciando así su rostro suavemente.

— Estás muy lindo mi amor -sin más lo besa siendo correspondido por el rubio.

No sé que le pasa a mi cuerpo, no lo rechaza, es más lo desea.

Es primera vez que alguien me toca y mi corazón está bien.

Ambos seguían besando con más intensidad. Seungmin sin querer rodeo el cuello de Minho mientras seguían besandose con tanta intensidad hasta que el rubio se separó del besó. Ambos se quedaron viendo el uno al otro hasta que Seungmin lo empujó hacia el mueble y el subirse encima del mayor.

Por otro lado en la mansión Lee tenemos a Han.

— No se que le pasa cuñado, el no es así.

— Entonces si tiene un amante ¿Quién es el idiota?

— Si porque solo pasa enojado y en la mañana ni siquiera me espero para hacerle el desayuno -de quejo.

— Quién diablos será su amante y de seguro se está aprovechando de él -expone serio.

— No lo sé cuñado pero bueno yo iré a dejarle el desayuno, nos vemos cuñado.

— Está bien ve y no te preocupes de ese supuesto amante yo averiguaré quien es.

— Está bien cuñado gracias.

Por otro lado en la mansión Kim tenemos.

— ¿Y ahora que haremos señor?

— Vamos a darle un adelanto de nuestra visita al señor Lee Jiwoong -informo. — Por cierto ya encontraste a su contador.

— Si señor es sujeto tiene un esposo y dos hijos.

— Muy bien vamos a ir a visitarlo muy pronto vigilalo.

— Si señor y que hay de su hijo?

— Deja que se divierta nunca lo había visto sonreír así.

— Estuviste bien mi amor, me encantó.

— A mi también, tu eres un experto pero haya algo.

— ¿Qué pasa mi amor? Dime nomás.

— Es que no tengo problema en compartir con tu novio pero no quiero que lo hagas con él.

— Está bien mi amor, solo lo haré contigo.

— Soy tu amor ahora -sonrió.

— Si eres mi amor mío y yo el tuyo.

— Si eres mío.

Porque me siento así, porque mi corazón late al mil, no esto no -penso.

— ¿Estás bien? -pregunto.

Mientras Minho estaba con Seungmin fuera de su oficina se encontraba Jisung.

— Señor Han buenos días -saludo el secretario del pelinegro.

— Mi prometido ¿Dónde está? -pregunto.

— En su oficina señor.

— Muy bien voy a verlo.

— Si estoy bien no hay de que preocuparse -informo el rubio.

— Ay mi amor cualquier cosa me avisas.

— Mi cielo -dice abriendo la puerta sin percatarse de quien estaba ahí.

— ¿Qué haces aquí? -serio.