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Estaba saliendo de la escuela cuando vi a Memo esperando afuera. Había dicho que iría rápido al baño, pero eso no parecía importarle ahora. Mientras lo observaba, vi que se acercaba a Mari Fer, que acababa de salir. No entendí por qué, pero un pequeño destello de celos me recorrió al verlos tan cerca. Claro, Memo no era mi novio ni nada por el estilo, pero aún así, algo en mi pecho se apretó. Traté de ignorarlo y me acerqué a ellos.
—Hola, Mari Fer, Memo, ¿estás listo para irnos? —les pregunté, tratando de sonar casual.
Al escuchar mi voz, Memo retrocedió un par de pasos, como si su cercanía con Mari Fer fuera inapropiada.
—Hola, Cami. Bueno, yo los dejo. Tengo que irme a mi casa —dijo Mari Fer, despidiéndose de los dos.
—Mari Fer y yo no estábamos haciendo nada, solo hablando —aclaró Memo, como si fuera necesario.
Lo miré, alzando las cejas, aunque mi tono fue suave.
—No tienes por qué explicarme nada, Memo.
Él pareció relajarse un poco, pero había algo en su mirada que me hizo pensar que de todas formas quería aclararlo. No lo entendí muy bien, pero preferí no preguntar.
Comencé a caminar hacia el parque, pero noté que Memo se había quedado pensativo. Tal vez estaba incómodo, o tal vez solo era mi imaginación.
—¿Nos vamos, Memo? —le pregunté, volteándome para mirarlo.
—Sí, Cami, te sigo. Tú sabes dónde está el parque —me respondió, tratando de dejar atrás el silencio que se había formado.
—Okay, sígueme —dije, sonriendo, intentando dejar todo eso atrás.
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El sol estaba comenzando a ponerse, tiñendo el cielo de tonos anaranjados cuando llegamos al parque. Era uno de mis lugares favoritos, y me sentí feliz de poder compartirlo con Memo. Lo vi observar todo con curiosidad, como si fuera la primera vez que veía algo tan sencillo pero lleno de vida.
—¿Te gusta el parque? Es uno de mis lugares favoritos —le pregunté mientras me sentaba en una banca.
Memo miró alrededor y sonrió.
—Es genial. Nunca había estado aquí antes. Todo se siente tan vivo.
Sonreí al escuchar eso. Es cierto, el parque tiene algo especial.
—Es un buen lugar para desconectar. Aquí he pasado muchas tardes —le dije, invitándolo a sentarse junto a mí.
Se sentó, todavía mirando todo con curiosidad, y me preguntó:
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Estrellas De Esperanza -Nadie Nos Va A Extrañar-
FanfictionCamila, una estudiante de preparatoria, tenía un negocio de tareas ilegales junto a sus amigos. Nunca imaginó que la llegada de un chico transformaría su vida por completo.