Capitulo 12✾

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La Melancolía del Eco Perdido~

Cuando todo lo que amé se perdió en la oscuridad, me hundí con ello. Aquello que una vez llenaba mi corazón, se desvaneció como yo lo hice en el olvido. Muy pocos saben que sobreviví. Muy pocos saben que aún respiro, que no morí ese día en que un cuerpo fue hallado a las afueras de Konoha. Ese cuerpo no era mío, aunque contenía mi ADN. Tsunade, en un acto de piedad o quizás de compasión, implantó esas células en un cadáver y me permitió huir. Hace tres años me dio algo más, células del Primer Hokage, su abuelo, para que Orochimaru se encargara de mí. Me entregó a él,como último acto de amor.

También a Sai, mi sombra silenciosa. De la misma forma en que el mundo creyó que yo había muerto, así también Sai fue borrado. Para los demás, Fuimos olvidados a causa de la muerte trajica que sufrimos aparentemente.

Poseo el Sharingan, no por elección, sino por circunstancias que escaparon a mi control. Ahora, con solo dieciséis años, estoy atrapada en este cuerpo, cargando un poder que no pedí. Sai, con diecisiete, se ha convertido en un jinchuriki. Orochimaru, en esta línea del tiempo, consiguió el control sobre el Tres Colas. Pero no se equivoquen, no fue Orochimaru quien ideó este plan. Fui yo. Yo fui quien sugirió que Sai debería ser su portador, y Sai aceptó ese dolor por mí. Lo soportó todo, no por él, sino por mí.

Amor... ¿Quién verdaderamente entiende el amor? Aquella absurda emoción que te empuja hacia decisiones que rozan lo suicida, como las que Sai tomó por mí. Fue egoísmo, lo sé, pero... ¿qué es el amor sino un egoísmo disfrazado?

Solo Yukimaru y Guren escaparon de esto. Los dejé ir. Ellos tuvieron su final feliz. Pero Sai no tuvo esa fortuna.

Amo a Sai, lo sé en el fondo de mi alma. Él siempre ha estado ahí para mí, como un escudo, como una sombra. Me cuida, me sigue, me protege. Pero eso no significa que confíe completamente en él. Recuerdo nuestra primera vida, cuando intentó matar a Sasuke. Sí, Sasuke merecía morir, lo reconozco. Pero traicionar es algo distinto. Sai caminó esa línea traicionera, y yo no olvido. Como juzgas algo que decis odiar y terminas siendo del mismo hilo de seda,con el que se borda la palabra traicion

Mientras caminamos hacia lo que alguna vez llamé mi hogar, mis sentidos se tensan, No veo la daga, el kunai o la flecha disparada de dia,que podrían volar en cualquier momento y acabar con mi vida. Pero Sai lo siente. Siempre lo hace. Me aparta del peligro como un animal temeroso de perder a su dueño. Él vive para protegerme, y eso me duele más de lo que jamás admitiré.

Cuando recojo un kunai caído del suelo, lo entiendo: estamos cerca. Con una capa cubriéndonos, entramos en Konoha, y nadie lo nota. Desaparecemos entre la multitud como sombras.

-Sai, ven, sígueme -dije, extendiéndole la mano como si de un ángel que lo guia a lo desconocido se tratara,con una sonrisa que lo hipnotiza -. Caminemos.

Tomó mi mano, y juntos nos deslizamos entre la multitud. Había una celebración. La risa, el humo, todo era una distracción. Sai observaba en silencio, sus ojos siempre alertas, pero nunca había visto Konoha tan de cerca.

Caminamos hasta llegar a un lugar familiar. La vieja comisaría Uchiha. Mis recuerdos me abofetearon sin piedad. Entonces, Sai me jaló del brazo. Al notar que chocaría contra a alguien.

-Pareces haber olvidado que podrían matarnos -dijo con voz tensa.

-No te preocupes, Sai -respondí con una falsa calma, mientras mis pasos me llevaban a un lugar sin sentido aparente-. Mira, ahí estudié yo.

Mis ojos se posaron con melancolía en la academia. Ese edificio que una vez fue mi refugio, donde aprendí, donde tuve amigos. Donde una vez fui feliz. Y entonces los vi. Un equipo reunido, tres personas. Estaban esperando a alguien, quizás a su maestro. Mi corazón se aceleró, y mi respiración se volvió pesada. Era como si mi pecho estuviera a punto de explotar.

El corazon de Sakura ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora