💛 XI

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Cuando desde el programa de intercambio de su carrera se le ofreció a Enrique viajar por su excelente promedio académico a Argentina, no pudo negarse a tal oferta. El país líder en el mundo con más licenciados per cápita, de gente intensa y emocional, y de la superficial frase popular de que «los argentinos son todos psicólogos», por supuesto que Enrique tenía ansias de expandir su conocimiento cultural y de saciar su curiosidad de por qué dicha profesión estaba tan enraizada en aquellas tierras.

Entonces viajó. Formaría parte del grupo de formación superior, entre alfas, betas y muy pocos omegas. El programa facilitaría lo necesario en la integración estudiantil de cada becado para que mantuvieran sus promedios sin problemas durante el año que durase.

Así que en la residencia se organizaron los cuartos, y le tocó el suyo junto con dos compañeros más del mismo programa, solo que venían de otras universidades. Los tres eran alfas.

El que más llamaba la atención, era rudo a la vista y rudo para expresarse. Era inteligente, pero terriblemente arrogante. Se burlaba de los betas en el comedor, y de los omegas siempre hablaba de la peor manera solo para luego escuchar rumores de que andaba tras ellos a escondidas por el edificio.

Enrique solía conversar un poco más con Héctor, si bien este también era un poco agrandado, podía llevar un tema a terrenos cómodos y pasar el rato o ayudarse mutuamente para estudiar. Sin embargo, cuando el tercero llegaba, la tensión en el cuarto era evidente. Poco a poco las peleas entre Héctor y el otro alfa comenzaron a ser cotidianas, y Enrique debía intervenir de vez en cuando para que no se fueran de las manos; en consecuencia, se llevaba una sarta de insultos injustificados.

Fue así que Enrique consideró la universidad como su nuevo refugio, donde solo iba a estudiar, donde podía preguntar algo y le responderían amablemente, donde todos en la clase estaban dispuestos a ayudarlo. Aun así, la sensación poco a poco fue clara.

No se trataba solo de que estaban siendo amables con él porque lo eran con todos, sino que, en un curso con mayoría alfa y beta con algunos omegas que tenían de punto, los alfas eran los preciados y los líderes.

Insistió a veces, cuando veía esa brecha jerárquica entre compañeros y a veces profesores, que se trataran todos con mutuo respeto. Y siempre le remarcaron que era demasiado «considerado y bueno» para ser alfa.

¿Qué tenía de raro? ¿Por qué un alfa manso y de bajo perfil no era normal? No se sentía cómodo en ese lugar de trato privilegiado solo por ser alfa. Porque era obvio que si él fuera grosero como su otro compañero de cuarto, también lo trataría tan grato solo por su segundo género genético.

Esto le hacía tanto ruido. Se suponía que estaban estudiando una de las carreras más introspectivas —sino la más introspectiva— que existía. ¿Cómo podían pensar tan superficial de los alfas, betas y omegas? ¿Por qué estaba tan normalizado?

¿O siempre fue así? ¿O cuando entró a estudiar sus compañeros de clase también lo trataron bien solo por ser alfa?

Había una brecha enorme. Psicología, en Monterrey, no era una carrera donde fuera común ver alfas. En cambio en Buenos Aires, donde se concentraban esta profesión de manera arrasante, obvio que los alfas lo tomarían como terreno propio. Obvio que todos los demás pagarían un derecho de piso solo por no ser alfas.

Cuánta disonancia, sentía que se ensuciaba el propósito de la carrera.

Entonces empezó a ser un poco más frío con sus compañeros de clase, y pasaba más tiempo solo en los horarios de descanso, evitaba volver al cuarto. No obstante, no pasó desapercibido.

El primero fue Agustín, uno de los omegas contados con los dedos de una mano, que si bien no presentaba ninguna compatibilidad vistosa con Enrique, siempre buscaba sacarle tema de conversación. Ante su inseguridad en esta readaptación, el alfa no podía estar seguro de las intenciones del chico. E, incluso si se comportaba distante con este, no tenía resultados para alejarlo. Aun así, ser un cretino no era opción para Enrique.

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⏰ Última actualización: Oct 02 ⏰

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Ojitos de sol no deberían llorar • [BL/Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora