crossroads +18 [en proceso]

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Oi people! Tudo bem?

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*capítulo no revisado

Narrador omnisciente:

Lauren salió de la casa, permitiendo que el aire frío de la noche acariciara su piel mientras escudriñaba el entorno. Los árboles se mecían con un viento suave y constante, llenando el silencio con el murmullo de las hojas.

Durante unos minutos, su mirada recorrió el patio en busca de algún indicio de movimiento, pero no encontró nada fuera de lo habitual. La tranquilidad de la oscuridad seguía inmutable.

Con un suspiro, volvió al interior, y de inmediato notó el vaso de vidrio roto en el suelo.

Frunció el ceño. No tenía sentido que el vaso hubiera caído accidentalmente, ya que todos los demás vasos estaban perfectamente alineados en el estante, en su lugar. Si uno había caído, lo lógico sería que se hubieran caído todos.

Apretando la mandíbula, se inclinó para examinarlo más de cerca. Los fragmentos de vidrio estaban dispersos de forma irregular, pero uno de ellos destacaba entre los demás.

Lo levantó con cautela, detectando algo inusual en su superficie. Entrecerró los ojos al inspeccionarlo y, efectivamente, ahí estaban grabados unos números.

"55.7558° N, 37.6173° E".

Un escalofrío le recorrió la columna mientras acercaba el vidrio a su rostro.

Aspiró suavemente y percibió un aroma sutil, similar al rímel. No era un olor familiar, pero le resultaba extrañamente evocador.

Como sospechaba, el vaso había sido roto con un propósito claro: alguien quería que ella encontrara esos números.

Números que eran coordenadas. Pero, ¿por qué? ¿Cuál era el significado detrás de tanto misterio? Primero los acertijos, y ahora esto. ¿Qué esperaban de ella?

Lauren, completamente absorta en el fragmento de vidrio que sostenía, no notó cuando Skat bajó las escaleras y se le acercó.

—¿Todo bien? —preguntó en voz baja, rompiendo el silencio que la envolvía.

Al escuchar la voz de Skat, Lauren dio un respingo. Levantó la vista lentamente, aún intentando asimilar lo que había encontrado, y lo miró fijamente con seriedad.

Sin apartar la mirada de él por un momento, luego dirigió su vista hacia las escaleras.

—¿Dónde está Camila? —preguntó, su tono frío y directo.

—En el cuarto —respondió Skat, fijando su mirada en el fragmento de vidrio que Lauren sostenía entre sus dedos.

—¿Qué es eso?

Lauren alzó el fragmento de vidrio y se lo entregó a Skat. Él lo tomó con una mano y se fijó de inmediato en los números grabados en el cristal, las coordenadas.

—¡Vaya! ¿Dónde encontraste esto? — la extrañeza se difundía en eu rostro y voz.

—¿Te acuerdas del ruido que escuchamos? —respondió Lauren, su voz un poco grave. —Era eso. Pero lo curioso es que el vaso no fue tumbado por accidente ni por descuido. Fue un acto intencionado.

Ella hizo una pausa, fijando su mirada en Skat, antes de continuar.

—Fue hecho con el propósito de que descubriera esas coordenadas que están escritas en ese vaso.